Teherán: la crisis económica y la pobreza alimentan la delincuencia, incluso infantil
Delitos cometidos a plena luz del día en todas las zonas de la capital, crece el miedo a circular por la calle. Robos cometidos por niños de seis años. Los hurtos y delitos contra la propiedad pública se han triplicado y contra la privada son más del doble. Al menos ocho presos condenados por robo enfrentan el riesgo de amputación de los dedos.
Teherán (AsiaNews) - La crisis económica y el colapso de la moneda local están alimentando el índice de pobreza, que a su vez está relacionado con los datos sobre el continuo crecimiento de los delitos contra la propiedad y la microdelincuencia, especialmente los hurtos y robos. Y junto con el progresivo aumento del número de ciudadanos obligados a vivir por debajo del umbral de pobreza (más del 55% según las últimas estimaciones) hay un descenso drástico en la edad de los delincuentes. Entrevistado por Middle East Eye (MEE), el sociólogo Mohammad Reza Mahboubfar señala que “hay incluso niños de apenas seis años” que se dedican a robar para contribuir de alguna manera a mantener a sus familias.
En el pasado Teherán, a pesar de ser una metrópolis extensa y densamente poblada, se consideraba relativamente segura, con bajos índices de criminalidad y calles vigiladas por la policía. Sin embargo los años de aislamiento y las sanciones económicas internacionales, la mala gestión de las autoridades y la corrupción generalizada han terminado afectando la realidad local y también la capital de la República Islámica, que registra un repunte en los índices de criminalidad sobre todo de robos.
Tuvo amplia repercusión en la prensa nacional un intento de robo "estilo Hollywood" que ocurrió en Teherán hace pocos días contra una sucursal del banco Melli y que hasta el momento condujo al arresto de 13 personas. Sin embargo, explican los expertos, esto es solo la punta del iceberg y los vecinos en general denuncian un número cada vez mayor de delitos contra la propiedad y delitos en las calles cometidos por pandillas de jóvenes. “El mes pasado -afirma Ali, que fue víctima de un robo- en cuanto salí del coche me atacaron por detrás. Me pusieron un cuchillo en la garganta y me dijeron que entregara todo lo que tenía”. Otro hombre se acercó en una moto y le robó su celular, el anillo de matrimonio, el reloj y el paquete que tenía en la mano.
El robo se produjo a plena luz del día y en una zona concurrida de la ciudad. Ali explica que ahora compró un teléfono de baja calidad y solo usa relojes de imitación para evitar otros incidentes de este tipo. Las estadísticas oficiales, aunque están controladas por el gobierno, confirman el crecimiento exponencial de los delitos en comparación con años anteriores, lo que alimenta el temor a los delitos violentos en una población que ya se encuentra en una situación crítica debido a las dificultades económicas.
A los ciudadanos se les recomienda extremar las medidas de precaución, sobre todo las jóvenes y mujeres, a las que no se aconseja abordar taxis que no tengan tarjeta de identificación y permiso de circulación. "La situación es tan crítica -añade Maryam, residente en Teherán- que tengo miedo de salir de casa cuando oscurece, y no vivo en una zona problemática". Los robos, confirma, son ",muy comunes, incluso durante el día, y te pueden robar el celular o las joyas en cualquier lugar y a cualquier hora".
Según la policía de investigaciones de la capital, en 2020 casi la mitad de los detenidos habían cometido el primer delito mientras que antes la gran mayoría de los detenidos eran reincidentes. Los hurtos y delitos contra la propiedad pública se han triplicado en los últimos tres años, mientras que aquellos contra la propiedad privada se han más que duplicado. El aumento de los robos va acompañado de una creciente represión por parte de las autoridades, con una violencia que alarma a las organizaciones activistas internacionales.
Los informes de Amnesty International refieren que la República Islámica se dispone a amputar los dedos a ocho presos, de los cuales por lo menos tres fueron condenados tras "confesiones" arrancadas bajo tortura. A los ocho reclusos condenados por robo les han comunicado que en los próximos días serán trasladados a dos prisiones equipadas con una especie de guillotina para ejecutar las sentencias: la de Evin en la capital Teherán y la de Raja'i. Shahr en Karaj. Uno de ellos, Hadi Rostami, protestó pacíficamente en febrero de 2021 con una huelga de hambre por las condiciones inhumanas en las que viven los reclusos y recibió 60 azotes por "perturbar el orden en la cárcel".
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