Teherán: reconocimiento facial contra las mujeres sin velo

El gobierno anuncia la introducción de tecnologías para castigar a los que violan la norma del hiyab. En realidad comenzaron a usarse antes de 2020. Más de 300 personas han sido arrestadas por manifestarse contra la disposición. Pérdida del trabajo y privación de derechos civiles si las fotos en las redes sociales no son "conformes". El caso reciente de la condena a muerte de dos activistas LGBTQ+.

Teherán (AsiaNews) - El gobierno iraní impuso una nueva medida represiva contra los disidentes, las voces críticas y los ciudadanos de a pie -especialmente las mujeres- explicando, entre otras cosas, la introducción de una tecnología de reconocimiento facial, para "identificar a las mujeres que no usan hiyab (la velo islámico)". El anuncio se llevó a cabo en momentos de creciente atención y denuncias por parte de la comunidad internacional y grupos activistas contra la creciente represión impuesta por Teherán. Acaba de conocerse la noticia de la condena a muerte de dos activistas por "corrupción en la tierra"; el fundamento de la sentencia fue haber promovido los derechos de los homosexuales y, en el caso de una de ellas, haber profesado el cristianismo.

Una de las directivas recientes del gobierno ultraconservador del presidente Ebrahim Raisi, que ocupa el cargo desde agosto de 2021, es la decisión de reforzar la tecnología -ya muy difundida en algunos países asiáticos, sobre todo en China e Israel- del reconocimiento facial. A esto se suma una escalada de las condenas a prisión, el uso de la tortura y el recurso a la pena capital. “La decisión -señala la experta Fariba Parsa del Middle East Institute en L'Orient-Le Jour (LOJ)- de utilizar el reconocimiento facial para comprobar la ropa de las mujeres es un ejemplo del miedo que tiene la República Islámica a las manifestaciones populares y el riesgo de un nuevo levantamiento".

Un informe publicado el 5 de septiembre por la agencia semioficial iraní Fars refiere que más de 300 personas -no se especifica en cuánto tiempo- fueron arrestadas por protestar contra el velo obligatorio. El detonante de las manifestaciones fue la directiva del 5 de julio que ha endurecido aún más la obligación del hiyab, vigente desde la Revolución Islámica de 1979, y se aplica ahora a todas las mujeres del país, independientemente de la religión que profesen.

Otro elemento que confirma la línea del nuevo gobierno, tras los años bajo la presidencia del moderado Hassan Rouhani, es la decisión de introducir “el día nacional del hiyab y la castidad”, que se ha fijado para el 12 de julio y se celebrará por primera vez este año. La decisión pone en evidencia que se han reforzado las medidas y controles relativos a la aplicación de los dictados del Islam, con especial atención al universo femenino. Las mujeres que trabajan en oficinas públicas, por ejmplo, pueden ser despedidas si sus fotos de perfil en las redes sociales se consideran "no conformes con la sharia", la ley islámica. Y las que publiquen imágenes sin el velo serán privadas de los derechos civiles por un período de seis meses a un año.

Cuando anunció el uso del reconocimiento facial, Mohammad Saleh Hashemi Golpayegani, secretario de la Organización para la Promoción de la Virtud y la Represión del Vicio, admitió por primera vez la existencia de esta tecnología en los sistemas de vigilancia iraníes. Sin embargo, ya se habría implentado hace mucho tiempo. En 2020 la ONG Minority Rights Group International, con sede en Londres, afirmaba que Teherán “usa tecnología de reconocimiento facial para identificar y arrestar a manifestantes y disidentes políticos; la recopilación de datos biométricos podría proporcionar más medios para hacerlo de manera aún más efectiva ”.

En este marco de represión se encuadra la noticia, reproducida por los medios internacionales, de la condena a muerte de dos activistas LGBTQ+. Se trata de Zahra Sedighi Hamedani, de 31 años, y Elham Chubdar, de 24 años. El fundamento de la condena no sólo es haber realizado campañas a favor de los derechos de todos los ciudadanos, sino también profesar la fe cristiana asistiendo a un servicio de oración y luciendo un collar con un colgante en forma de cruz. Hay una tercera acusada a la espera de un veredicto. En respuesta a las críticas internacionales, Teherán ha respondido que el fundamento de la pena de muerte no es el activismo a favor de los derechos, sino el "tráfico de vidas humanas".