Taskent, un río de corrupción tras el jarabe que mató a niños
En el juicio del escándalo del Dok-1 Maks está saliendo a la luz que los fabricantes indios sobornaban regularmente a los trabajadores sanitarios de todo el país para que recomendaran el preparado a los pacientes. Mientras tanto, el Presidente Mirziyoyev ha sustituido al Ministro de Sanidad, pero sin indicar qué nuevas medidas se tomarán.
Taskent (AsiaNews) - El tribunal de Tashkent ha reanudado las sesiones del juicio sobre el escándalo del jarabe Dok-1 Maks, cuyo consumo ha llevado a 18 niños a la invalidez permanente, mientras que en total son ya unas 70 las personas que han sufrido graves consecuencias. Se han añadido más nombres a la lista de acusados, que actualmente asciende a 23. La acusación señala que, tras tomar el medicamento, 16 niños sufrieron lesiones muy graves, y tres murieron directamente después de tomar el jarabe.
El pasado mes de agosto se puso de manifiesto que el número de personas afectadas por tomar el medicamento de la empresa india Marion Biotech es mucho mayor de lo que se suponía. Mientras que a principios de 2023 se hablaba de una veintena de niños afectados, en la actualidad se ha comprobado que son al menos 65, según declaró ante el tribunal el antiguo director del centro multifuncional de la región de Samarcanda, el doctor Mamaktul Azizov.
El presidente del tribunal, Musa Jusipov, ha incluido a 17 personas en la lista de acusados, y todos sus cargos serán examinados en los próximos días. Según publicó el Tribunal Supremo de Uzbekistán en sus actas el 1 de diciembre, parte de la documentación se envió a los órganos de instrucción "para que revisen las conclusiones de la acusación y sigan investigando las acciones judiciales complementarias, relacionadas con la implicación de otras personas en la acusación".
Hasta el momento, 21 personas han sido acusadas, entre ellas el antiguo jefe de la Agencia de Desarrollo Farmacéutico y director de la empresa Quramax Medikal, ciudadano indio, junto con otras personas relacionadas con él, en total 16 hombres y 5 mujeres contra los que el Servicio de Seguridad Nacional Sgb ha presentado cargos. A la empresa se le retiraron las licencias para comercializar productos farmacéuticos. La fiscalía declaró que los distribuidores de Dok-1 Maks habían pagado sobornos a funcionarios locales por valor de 33.000 USD para que renunciaran a las pruebas obligatorias del preparado que se iba a comercializar, que quedó así registrado como accesible en el mercado nacional de Uzbekistán.
También quedó claro que los empresarios indios que producían el jarabe mortal sobornaban regularmente a los trabajadores sanitarios de todo el país para que recomendaran el preparado a los pacientes. Un representante del comité fiscal que testificó en el juicio explicó que los fabricantes pagaron un total de 5.57 millones de soms (alrededor de medio millón de dólares) a los médicos que recomendaban el jarabe y ayudaban en su compra. Las enfermeras recibieron 122 millones de soms (unos 10 mil dólares), mientras que los farmacéuticos recibieron 2.345 millones de soms (casi 200 mil dólares). A continuación se repartió más de un millón de som entre otros colaboradores para la distribución del medicamento.
El año pasado, según la información difundida por Radio Ozodlik, las autoridades del estado de Uttar-Pradesh, en el norte de India, habían autorizado a Marion Biotech a reanudar la producción, pero tras la muerte masiva de niños en Uzbekistán, el jarabe para la tos se interrumpió. Mientras tanto, el Presidente de Uzbekistán, Šavkat Mirziyoyev, sustituyó al Ministro de Sanidad, nombrando a Asilbek Khudajarov como sustituto interino: en una reunión de "espíritu crítico" en presencia del Primer Ministro, Abdulla Aripov, se destituyó al Ministro Amrillo Inojatov, sin más aclaraciones sobre los planes futuros del ministerio.
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