Taipéi, tras 45 días de cuarentena, se reanudan las misas con fieles

El arzobispo de la ciudad difundió algunas directivas: no más de 100 fieles por vez; registro previo, control de la temperatura; desinfección de manos, ubicación de los fieles de forma alternada - “como una flor de ciruelo”-; la eucaristía seguida por la colecta de las ofrendas. El éxito de Taiwán en el control de la pandemia: 436 infectados y 6 muertos.

Taipéi (AsiaNews) – Luego de 45 días de cuarentena, se reanudan las misas con el pueblo. El anuncio fue dado hoy por el arzobispo de Taipéi, Mons. John Hung Shan-chuan.

En el comunicado, él explica que si bien la difusión de la epidemia “es bastante estable”, es importante que las misas sigan algunas indicaciones de seguridad que atañen al número de participantes, la disposición de los fieles, cómo recibir la eucaristía, cómo entregar las ofrendas y cómo desinfectar el lugar.

El gobierno de Taiwán fue uno de los primeros en reaccionar ante la noticia de la epidemia de coronavirus en China continental. Es más, según numerosos testimonios, los médicos de Taiwán habían advertido a la Organización Mundial de Salud desde fines de diciembre, que en China popular se estaba difundiendo un virus que podía ser transmitido de persona a persona. Quizás por motivos políticos – Taiwán no se cuenta entre los miembros de la OMS – la organización de la ONU prefirió seguir la gestión de China y el anuncio de la transmisión de persona a persona recién fue difundido dos días antes de dictarse la cuarentena en Wuhan (Hubei).

Cualquiera sea el caso, lo cierto es que Taiwán parece haber logrado contener la epidemia. La semana pasada, solo se registraron tres casos nuevos de infección, elevando el saldo total a 436 infectados y 6 muertos.

Según las indicaciones que marca el arzobispo de Taipéi, en las misas celebradas puertas adentro no debe haber más de 100 fieles; para participar de cada misa habrá que registrarse previamente con nombre y apellido; en el caso de comunidades muy numerosas, se sugiere desarrollar las misas al aire libre y multiplicar el número de celebraciones, de modo de evitar las multitudes.

Antes de ingresar a la iglesia, los fieles deben dejarse controlar la temperatura, desinfectarse las manos y ubicarse en los bancos siguiendo un zig-zag (“como en una flor de ciruelo”), es decir, de forma alternada.

Antes de distribuir la eucaristía, el sacerdote debe desinfectarse las manos con alcohol. La colecta de las ofrendas se hará cuando lo fieles regresen a sus lugares, para evitar el contacto excesivo. Al final de cada misa, es necesario desinfectar el lugar.