Tártaros de Crimea en la mira: activista acusado de extremismo y obligado a una pericia psiquiátrica
Se trata de Ilmi Umerov, vice presidente del Mejlis, acusado de separatismo por sus declaraciones en contra de la anexión de la península ucraniana a Rusia. La hija denuncia las condiciones en las cuales se encuentra internado el padre en Simferópol: están prohibidas las visitas y medicinas. El hombre sufre de diabetes y de Parkinson.
Moscú (AsiaNews) – Mientras que Crimea vuelve a perfilarse como un nuevo frente de tensión entre Ucrania y Rusia, en la península del Mar Negro –anexada por Moscú en el año 2014- continúan las presiones ejercidas sobre la comunidad tártara, minoría étnica musulmana crítica del Kremlin. Ilmi Umerov, vice presidente del Mejlis – órgano representativo de los tártaros de Crimea, que fue prohibido por la procuraduría local con la acusación de “actividades extremistas” - fue llevado a una clínica en Simferópol, el 11 de agosto, para llevarle a cabo una “pericia psiquiátrica” luego de haber sido acusado de separatismo en el mes de mayo.
El activista, de 59 años de edad, había declarado abiertamente estar en contra de la anexión de Crimea por parte de Rusia, que fue ratificada a través de un referéndum popular realizado hace dos años, el cual no fue reconocido por la comunidad internacional. Las autoridades habían permitido que Umerov permaneciera en su casa el tiempo que duraran las investigaciones sobre su caso, hasta que los jueves decidieron ordenar una internación de 28 días para llevar adelante la pericia.
En Facebook la hija de Umerov, Ayshe, denunció las condiciones en las cuales se encuentra internado su padre, en el hospital nro. 9, en la capital de Crimea. “A mi padre no se le permite recibir visitas, hasta donde sabemos se halla en un sector donde se encuentra solo, y no podemos hacerle llegar nada” refirió la mujer. “Lo que más nos disgusta es la situación con las medicinas: se las han prohibido. Todo es conservado en la enfermería, en tanto dicen que solamente los doctores pueden decidir qué medicinas debe tomar y cuáles no”.
Umerov sufre de Parkinson grado III y de diabetes, y debe seguir su tratamiento regularmente. “Estamos preocupados por su salud” escribió luego Ayshe, recordando que recientemente su padre estuvo en riesgo de padecer un infarto. La ONG rusa Memorial, que lucha por los derechos humanos, ha definido el caso de Umerov como “ilegal y motivado políticamente”.
Este mes, Rusia acusó a Ucrania de haber intentado en dos oportunidades, el 7 y el 8 de agosto, enviar “saboteadores” a Crimea: los presuntos agresores habrían sido rechazados, al precio de la muerte de dos agentes rusos de los servicios de seguridad (FSB). Kiev ha devuelto las acusaciones, hablando de provocaciones. Poco después, el vice jefe de gobierno de Crimea, Ruslan Balbek, advirtió que Ucrania no dejará de organizar nuevos sabotajes para desestabilizar la situación; según dijo, con este propósito podría ser utilizada la misma comunidad tártara, presentándola como un movimiento contrario a la unificación con Rusia. Según Balbek, en cambio, esta minoría está “perfectamente integrada” en la sociedad rusa.
Grupo étnico de fe musulmana, los tártaros desde un inicio se opusieron fuertemente a la independencia de Crimea de Kiev, y luego al ingreso de ésta a la Federación Rusa. Deportada por Stalin y de regreso en la península en los años ’90, esta comunidad desde hace ya dos años que se encuentra sufriendo las presiones de las nuevas autoridades locales.
08/09/2016 10:03
14/02/2022 10:48