Sri Lanka, la Iglesia "puede y debe hacer más por la paz". "Siguiendo las huellas del Maestro"
Colombo (AsiaNews) La elección del sacerdocio "maduró en las huellas de cristo, nuestro Señor y Salvador. En mis primeros años de sacerdote, encontré muchos obstáculos y a veces críticas, pero siempre me moví sólo por el deseo de seguir el camino que Jesús nos ha mostrado. Todavía tengo mucho que hacer, y estoy convencido que Él caminará conmigo en este camino". Lo dice a Asianews el p. Sherad Jayawardana, que enseña en la escuela católica de Ragama Tewatta, y que el 22 de julio pasado festejó su 25° aniversario de ordenación.
El p. Shrerad inició su vida sacerdotal en 1989, como vicario de la parroquia de Kalutara. Al año sucesivo fue párroco titular, y se comprometió en ayudar a los jóvenes pobres e la parroquia a través de clases especiales gratuitas. Con el tiempo, su obra de caridad se agrandó a otros campos, siempre en la óptica del apoyo a los más pobres. Entre el año 2002 y el 2012 prestó servicio en la escuela católica de Duwa en Negombo (norte de Colombo).
En la zona, que era teatro de guerra durante el enfrentamiento entre el ejército y los Tigres Tamil, estaba presente ya desde el 1997: durante los años del conflicto hizo de todo para apoyar a los pescadores de la zona, atrapados por las continuas violencias y obligados a desplazarse para poder trabajar hasta la zona de Kokilai- "punto caliente" de la guerra- para poder sustentar a sus familias. Todavía hoy, muchos de ellos recuerdan la ayuda que les dio el p. Sherad, en aquellos años terribles.
El sacerdote explica que "la finalidad de toda mi vida fue el de construir el Reino de dios en la tierra. Me hice sacerdote para esto, siguiendo las huellas de Jesús. Es Él el que da coraje y la fuerza para seguir adelante, y es Él la fuerza de mi vida sacerdotal. Estoy satisfecho y feliz de mis últimos 25 años, aunque si bien no del todo. Tengo todavía que hacer mucho, y estoy seguro que en esto cristo me ayudará".
El camino no fue siempre fácil. "Alguno mal interpretó mi misión, pensando que andaba contra la Iglesia, pero Jesús no me ha abandonado. A veces el problema fue mi naturaleza, a veces me faltó coraje en el enfrentar los desafíos. Por esto, debo todavía mejorar.
El suyo es también un pedido al resto de la Iglesia católica de Sri Lanka: "Como católicos podemos y debemos hacer más por un buen gobierno del País. Tenemos que permanecer vigilantes y firmes en la defensa derechos de los pobres, comprometernos por la libertad de expresión y por el estado de derecho, ayudar a las minorías étnicas y hacer todo lo posible para resolver los problemas sociales".
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