Sirisena quiere la pena de muerte para los traficantes de droga. Sacerdote: ‘Es contra los valores del Evangelio’
En el país la pena de muerte está sometida a moratoria desde hace más de 40 años. Pero los grandes traficantes escapan a la justicia. La Iglesia anglicana, la Comisión por los derechos humanos y la Unión Europea condenan. El Card. Ranjith apoya al presidente.
Colombo (AsiaNews)- En el país se inició el debate sobre la pena de muerte. Inició la discusión, el presidente Maithripala Sirisena que el pasado 12 de julio anunció: el país aplicará la pena capital a los condenados por tráfico de droga.
Si esto sucediese, sería la primera vez en 40 años. En el país la condena capital es legal, pero sobre ella existe una moratoria desde 1976. Hasta ahora, las condenas a muerte por narcotráfico fueron cambiados en cadenas perpetuas. Sirisena está intencionado en firmar las ejecuciones, no obstante las objeciones de los activistas por los derechos humanos.
Según el p. Ashok Stephen, sacerdote católico y director del Centro para la sociedad y religión en Colombo, la movida mira a dar credibilidad al gobierno. De hecho, el país está atravesado por temores suscitados por las violencias de las mafias de traficantes. Sin embargo, reafirma el sacerdote, la decisión está destinada a dar una mala reputación a nivel internacional al país. “Si se mira al contexto de Sri Lanka-comenta- la naturaleza de nuestro sistema judicial está muy corrompido y existe siempre la posibilidad que este veredicto sea impuesto a personas inocentes, mientras que los verdaderos culpables escaparán gracias a su poder económico y político”. El sacerdote afirma que las condenas a muerte tienen que ver sólo con pequeños traficantes, no con los grandes.
“Como cura católico y defensor de los derechos humanos-continúa el p. Stephen- no puedo estar de acuerdo con la pena capital, porque en todos los países civiles se habla de rehabilitación del encarcelado”. Él recuerda las palabras del Papa Francisco, según el cual la pena de muerte es contraria a los valores del Evangelio. “Este debería ser el enfoque católico. El enfoque humano. Deberíamos seguir y obrar como dijo Jesús”, Y concluye: “La condena a muerte no es la solución”.
Diversa la posición del arzobispo de Colombo, el Card. Malcom Ranjith. El 12 de julio, el purpurado afirmó que la Iglesia sostiene la decisión del presidente. Sus palabras le costaron numerosas críticas, también de parte del mundo budista.
El 16 de julio, la Iglesia anglicana condenó “en manera explícita” la decisión de Sirisena con un comunicado firmado por los obispos de Colombo y Kurunegala. “Como cristianos-se lee en el texto- creemos que todas las personas son creadas a imagen de Dios y sean por esto infusas con una chispa de lo divino, por más que oscurecida y escondida pueda estar”. La Iglesia anglicana denuncia que “son los peces pequeños los que son capturados y castigados, mientras que ‘los tiburones’ permanecen libres para poder llevar adelante sus convenientes comercios, que son ventajosos para muchos, se dice que también para los políticos”.
Por su parte, la Comisión nacional por los derechos humanos expresa “profunda tristeza” y recuerda el propio pedido para la abolición de la pena de muerte en el país.
A las voces contrarias se agregaron la de la delegación de la Unión Europea y las de los representantes del Reino unido, Canadá, Italia, Francia, Países Bajos, Noruega y Rumania. Ellos se “oponen fuerte e inequivocable al castigo capital en todas las circunstancias y en todos los casos”.
31/03/2021 11:01