Singapur: música y juegos en internet, las nuevas fronteras del reclutamiento yihadista
El primer ministro Wong lanzó la alarma, confirmando los temores de los expertos. Los jóvenes son el "objetivo más valioso" de la propaganda fundamentalista, desde el Isis hasta al-Qaeda. El problema que también afecta a los cristianos, como muestra el caso de adoctrinamiento de un joven de 16 años que quería atacar dos mezquitas.
Singapur (AsiaNews) - La alarma que lanzó ayer el primer ministro de Singapur, Lawrence Wong, confirma los temores que han manifestado muchos sectores: los habitantes de la ciudad-estado, en particular los jóvenes, son un "objetivo valiosos" para los grupos terroristas, cada vez más activos en el adoctrinamiento y reclutamiento. El instrumento privilegiado, en sus diversas formas y posibilidades, es Internet.
Así lo aseguró el mismo Wong en su intervención durante el evento anual del Grupo de Rehabilitación Religiosa. Se trata de una iniciativa en la que participan expertos y voluntarios de religión musulmana cuyo objetivo es rehabilitar a las personas que han sido arrastradas a la órbita del fundamentalismo islámico -aunque no sólo eso- y por eso están cumpliendo penas de prisión.
En efecto, otro de los objetivos es anticipar el adoctrinamiento advirtiendo sobre los riesgos que esto conlleva a nivel personal y social, elemento este último que no se debe subestimar. Porque, por un lado, los movimientos extremistas y terroristas siguen manteniendo una presencia local activa, y por lo tanto es muy necesario trabajar en una zona geográfica de mayoría musulmana, aunque al mismo tiempo está orientado a un desarrollo y bienestar que utiliza métodos y parámetros globales. Por otro lado, estos grupos pueden operar prácticamente sin interferencia debido a que la población es muy poco consciente de que existen.
Estamos hablando de movimientos y organizaciones con fines terroristas y de desestabilización. Entre ellos se encuentran el autoproclamado Estado Islámico y al-Qaeda, que siguen activos en la región y nunca han dejado de insistir en que el sur y el sudeste asiático constituyen las regiones más orientales de un futuro califato mundial.
El uso de sistemas cada vez más sofisticados y populares, a partir de las plataformas sociales, hace que la propaganda sea más amplia e insistente y, al mismo tiempo, los controles resultan más complejos. “Esto no solo ha facilitado la difusión de material extremista, sino que también ha acelerado el proceso de radicalización, reduciéndolo a meses o incluso semanas”, señaló el ministro Wong.
Las últimas "fronteras" de la propaganda extremista -confirmó el primer ministro- son los sitios de música en streaming y las plataformas de juegos, que utilizan sobre todo los más jóvenes, y desde los cuales se puede acceder a los servidores del ISIS. Como demuestran los recientes arrestos de jóvenes entre 15 y 16 años ya radicalizados, es un proceso que se ha acelerado desde 2016, cuando se registró oficialmente el primer caso. Pero si bien el extremismo religioso de matriz islámica es el principal protagonista, este problema no es ajeno a otras formas de radicalización o llamado a la acción violenta. Un ejemplo es el joven cristiano de 16 años que supuestamente planeó el ataque a dos mezquitas en Singapur, tras haber sido adoctrinado en el odio contra los musulmanes.
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