Singapur, jornada de oración y ayuno pidiendo por el fin de la pandemia

El arzobispo convocó a 24 horas de oración a partir de esta noche, hasta las 7 de la tarde de mañana. En la ciudad-Estado, el saldo asciende a 1300 infectados, seis víctimas y 320 pacientes recuperados. Para Mons. Goh, el virus ha demostrado la incapacidad de los gobiernos para contener la difusión, e implora la misericordia de Dios, pidiendo por la humanidad herida.

Singapur (AsiaNews) - “Estamos afrontando una de las crisis más difíciles de nuestro tiempo”, porque en la historia reciente “no ha habido ninguna enfermedad o virus” que haya afectado a un número tan grande de personas en un lapso tan corto, matando a miles en todo el planeta. Es lo que afirma el arzobispo de Singapur, Mons. William Goh, anunciando un evento especial, en el cual participa toda la diócesis, para pedir por el fin de pandemia del nuevo coronavirus, que también está haciendo estragos en la ciudad-Estado. “Como pastor vuestro - agrega - los invito a unirse a mí en una [jornada] de 24 horas de oración, ayuno y penitencia, que comienza esta noche a las 7 y concluye mañana, 8 de abril, Miércoles Santo, a la misma hora”.

Hace algunas semanas, el gobierno local destinó un fondo de 30 millardos de euros para la lucha contra el Covid-19. La ciudad-Estado - al igual que Corea del Sur y Vietnam - se distingue por ser una de las naciones del continente y del mundo que mejor ha sabido contener la difusión del coronavirus.

Sin embargo, en los últimos días, la enfermedad ha vuelto a circular y las autoridades han aislado dos instalaciones, donde se alojan más de 20.000 trabajadores migrantes extranjeros. Al día de hoy, el total de casos asciende a 1.309, con seis víctimas y 320 pacientes recuperados.

Al comentar la jornada de ayuno y oración, el arzobispo de Singapur subraya que los gobiernos de todo el mundo han comprendido su incapacidad “para contener la difusión del virus o prevenir las muertes”. “Aún no hemos hallado una vacuna para este virus - agrega - y los científicos podrían tardar varios meses en hallar un modo para detener el contagio. Si los hombres nada pueden hacer, entonces solo Dios es capaz de hacer algo al respecto”, porque, como dice Mateo (19:26) “para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible”.

Todas las medidas de prevención, el apoyo al personal de salud y a las personas enfermas de Covid-19 “no bastan”, continúa Mons. Goh. “Tenemos que rezar e interceder como Iglesia - prosigue - para obtener la gracia de Dios y la intervención divina en el mundo. Si bien es cierto que la enfermedad ha purificado a la humanidad de la avidez y la arrogancia, también ha removido muchos pecados de la carne del hombre y ha restaurado la belleza de lo creado”. Él implora a “Dios que sea misericordioso hacia la humanidad, que está sufriendo la pérdida de vidas y la de sus seres queridos”.

“Les pido - afirma el arzobispo - que se una na mí en oración por la Divina Misericordia y por la intervención del Salvador del mundo, no solo por el Covid-19”, sino también para que el mundo entienda que “los hombres no tienen el control absoluto”, a pesar del progreso tecnológico y militar. “He elegido el martes y el miércoles de la Semana Santa - concluye Mons. Goh - porque en estos dos días, el Evangelio habla de la traición de Judas. [...] Hemos traicionado a Dios con nuestros pecados y estamos afrontando el juicio de Dios, por eso debemos arrepentirnos y rezar por la conversión de la humanidad, para que esta pandemia de Covid-19 pueda ser erradicada de la faz de la tierra”.