Siberia: el deshielo y el diluvio universal ‘inminente’
En algunos casos, los efectos del cambio climático son más lentos de lo previsto. Observadora rusa: en vez de recurrir a "alarmismos apocalípticos", necesitamos utilizar las nuevas tecnologías para combatir las inundaciones, que serán inevitables.
Moscú (AsiaNews) – Desde hace 40 años se pronostica un inminente y nuevo diluvio universal debido al deshielo de los casquetes polares. Las imágenes de los últimos días, de ríos siberianos desbordados por la acumulación de bloques de hielo desprendidos, parecen confirmar las predicciones más catastróficas. Un extenso reportaje de Julia Latynina, la observadora de la Novaja Gazeta, recorre la historia de los desastres que podrían sobrevenir, para entender lo que nos depara el futuro.
Latynina recuerda lo que muchas publicaciones predecían: "las islas Maldivas deberían haber desaparecido hace más de 20 años", y el Ártico está a punto de derrumbarse sobre el resto del mundo, como viene diciendo el ex vicepresidente estadounidense Al Gore desde la cumbre de Copenhague de 2009. Cuando la realidad desmiente las teorías científicas, éstas suelen ser revisadas y corregidas. Sin embargo, "cuando se trata del fin del mundo, la refutación parece reforzarlas aún más".
Lo que no ocurrió en 2000 se pospuso al 2010, y en 2022 se refuerza para las próximas décadas. Al menos hasta el año 2100, cuando según las últimas previsiones las aguas de los océanos subirán medio metro, quizás más de dos, o hasta nueve metros por encima del nivel actual, según otros. Como consecuencia, no solo desaparecerán las Maldivas, sino también casi toda Europa, cuyos sobrevivientes tendrán que trasladarse a Siberia. Entre 100 y 700 millones de personas morirán ahogadas, según la autorizada revista Science and Nature. La publicación también pronostica que Miami y Florida desaparecerán dentro de 80 años y Londres dentro de 50, ya que "la capital británica está a sólo 11 metros sobre el nivel del mar".
Cuando es unánime la postura respecto a estas convicciones, sospechar de su carácter inevitable resulta un escándalo -algo similar a lo que ocurría "con la existencia de brujas en la Edad Media" recuerda el informe de Novaja Gazeta. De hecho, el nivel del mar no ha dejado de subir desde 1900, como confirman los gráficos de las páginas web de la NASA. Además, en los últimos 20.000 años, tras la última glaciación, el mar ha subido más de 120 metros. Y sin embargo, las cifras no son tan catastróficas como parecen: desde 1995 los océanos han subido 8 centímetros, unos 3 milímetros al año y 18 centímetros en todo el siglo XX.
En épocas más recientes, los esfuerzos de la humanidad no solo se han limitado a defender la tierra firme de su desaparición a merced de inundaciones. También han conseguido ganar otros territorios. La pequeña isla de Singapur (719 km2) se expandió más de un 22% entre 1965 y 2015; para 2030, ganará un 8% más de territorio gracias a la creación de terraplenes. De la misma manera, el territorio de Hong Kong, Macao, Dubai y Corea del Sur ha crecido con proyectos que recibieron una condena rotunda de los ecologistas, pues consideran que son demasiado invasivos para el equilibrio del ecosistema. Sin embargo, desde la antigüedad, los egipcios se han defendido de forma similar contra las crecidas del Nilo. Y los holandeses comenzaron a recuperar las tierras que el mar había sumergido ya desde el siglo XI.
La conclusión de Latynina, que concuerda con los temores sobre el inminente diluvio, es que es necesario intervenir para salvar el planeta, pero "no con alarmismos apocalípticos, sino imitando a nuestros predecesores". “Si los hombres de épocas pasadas lucharon contra las inundaciones de mares y ríos, "cuánto más deberían poder hacerlo quienes han conquistado la Luna y el espacio, y disponen de tecnologías claramente más avanzadas que las de los faraones".
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