Secretario general de la ONU, sobre los Rohinyás: ‘Pesadilla para los derechos humanos’

Antonio Guterres teme que la violencia que rige en el Rakhine septentrional termine difundiéndose en la región central del Estado. Ayer se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU. Los EEUU piden a Myanmar que proceda a punir a los militares responsables de la violencia. Washington ya no amenaza con restablecer las sanciones. China y Rusia expresan su apoyo al gobierno de Aung San Suu Kyi.

Nueva York (AsiaNews/Agencias) – La crisis de los refugiados Rohinyás es “una pesadilla para los derechos humanos”. Es lo que afirma el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres (foto), intensificando las presiones del organismo internacional sobre Myanmar, para resolver la emergencia humanitaria que se atraviesa en la frontera con Bangladesh.

Durante la reunión pública del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Myanmar, la primera en ocho años, Guterres ha declarado ayer que los hechos de violencia perpetrados contra los Rohinyás en el Rakhine septentrional corren el riesgo de difundirse en la región central del Estado, donde residen 250.000 musulmanes.

Nikki Haley, embajadora de los EEUU en la ONU, solicita al gobierno de Naipyidó punir a los militares culpables de los asesinatos y de los abusos contra la minoría islámica. Además, Haley invoca la suspensión del envío de armas extranjeras a las Fuerzas de seguridad de Myanmar. “No debemos tener miedo –afirmó- de referirnos a las acciones de las autoridades birmanas como lo que parecen ser: una brutal, prolongada campaña para limpiar el país de una minoría étnica”.

Es la primera vez que Estados Unidos solicita que se adopten medidas contra los militares que están detrás de la represión. A pesar de ello, Washington ya no amenaza más con un restablecimiento de las sanciones, que fueron levantadas durante la administración de Obama. El Consejo de seguridad no ha dispuesto ninguna acción al respecto en lo inmediato. China y Rusia han expresado su apoyo al gobierno de la líder democrática Aung San Suu Kyi.