Se suspendió el acuerdo marítimo entre Israel y Líbano, temen una escalada militar

de Fady Noun

Está en juego la explotación de importantes yacimientos de gas en los territorios en disputa entre ambos países. El primer ministro Mikati había hablado de "éxito diplomático" que evita un nuevo conflicto. Algunos detalles controvertidos, entre ellos la "línea de boyas", congelaron las negociaciones. Los intereses de Hezbolá y la sombra de las elecciones israelíes, con el posible regreso de Netanyahu.

Beirut (AsiaNews)- Algunos detalles de última hora frenaron el acuerdo sobre la delimitación de las fronteras marítimas entre Israel y Líbano y la explotación de los yacimientos de gas en alta mar en el límite entre los dos países. Tras largas negociaciones, la firma parecía ser un hecho para satisfacción de ambas partes, pero por el contrario ha quedado congelada. El primer ministro interino, Nagib Mikati, había incluso expresado su satisfacción, durante una visita al patriarcado maronita el pasado 5 de octubre, por este "éxito diplomático" que habría permitido "evitar una nueva guerra en la región". Pero esa misma noche el riesgo volvió a tener una relevancia dramática cuando el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, habló al ejército para advertirlo sobre el peligro de una posible escalada en el Norte, para la cual era necesario estar preparados.

El problema central de esta brusca interrupción de las conversaciones son algunas enmiendas que introdujo el Líbano durante la reunión para ultimar el acuerdo que tuvo lugar el pasado 4 de octubre en el palacio del jefe de Estado en Baabda. Estas enmiendas también fueron presentadas como "detalles" y "aclaraciones" por el vicepresidente del Parlamento, Élias Bou Saab, designado por el presidente de la República Michel Aoun para seguir las negociaciones.

Lo que parece haber comprometido la firma del acuerdo, según la prensa libanesa, gira en torno a la llamada “línea de boyas”. ¿De qué se trata? La "línea de boyas" se colocó cuando Israel se retiró de la franja fronteriza que había ocupado en aquel momento (mayo de 2000), y se extiende a lo largo de unos 6 km, partiendo de Ras Naqoura, del lado israelí. En la propuesta del mediador estadounidense, la frontera que delimita la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de los dos países sigue la línea de las boyas por estos 6 kilómetros, antes de llegar a la línea 23 adoptada como frontera marítima sur.

Sin embargo, ante la insistencia de Hezbollah, Líbano se niega a reconocer esta línea de boyas y exige que se mencione en el texto como impuesta "de facto". Según los medios israelíes, en el texto de Amos Hochstein se describía esta delimitación como parte del "statu quo". Este simple "detalle" parece haber sido percibido por la parte israelí como la decisión de poner en tela de juicio la existencia de dicha línea en un futuro más o menos remoto. "Hezbollah no quiere ni oír hablar de eso", dice una fuente involucrada en las negociaciones. E Israel tampoco parece estar dispuesto a hacer concesiones sobre el tema.

Por otra parte, según el sitio web Ici-Beyrouth, Israel también rechazó el requerimiento de Beirut de que la empresa francesa Total, encargada de explotar el yacimiento de Caná, tenga total libertad de movimiento en este sector sin un acuerdo previo con el gobierno israelí. Mientras tanto, el congelamiento de las conversaciones ha levantado una ola de pesimismo en la región, aunque el principal negociador, Amos Hochstein, dijo que ninguna de las dificultades que se han planteado son insuperables.

La falta de un acuerdo podría suponer, como consecuencia negativa en el futuro inmediato, el congelamiento de las negociaciones al menos hasta las elecciones en Israel, previstas para el 1 de noviembre, aunque la esperanza sea cerrar el juego antes del plazo electoral. Eso significaría que, en caso de un triunfo de Benjamin Netanyahu en las elecciones, todo el planteo podría quedar cuestionado y con ello el riesgo de una escalada o incluso el peligro real de una guerra abierta.

En efecto, para los israelíes la prioridad sigue siendo poder iniciar la extracción de gas en el campo de Karish sin riesgo de escaladas. De hecho, Hezbolá ha amenazado repetidamente con realizar un operativo militar si las operaciones de extracción comienzan antes de que el Líbano pueda hacer lo mismo en su zona económica exclusiva. La propuesta de Hochstein concede al Líbano un área delimitada por la línea 23 -su reivindicación oficial- pero que también incluye el campo de Caná, parte del cual se prolonga hacia el sur. Netanyahu, que quiere recuperar el control del gobierno israelí, acusó a Lapid de "ceder" un "territorio soberano de Israel" e incluso de haber "capitulado" ante las amenazas de Hassan Nasrallah.