Se reabre la disputa entre Teherán y Kabul por el control del río Helmand

Es el curso de agua más largo de Afganistán, desde la capital hasta las zonas pantanosas al otro lado de la frontera, en el sudeste de Irán. Un tratado de 1973 regula la distribución de los recursos, pero la presa de Kamal Khan reavivó la controversia. En los últimos días se reunieron en Uzbekistán los ministros de Asuntos Exteriores.

Teherán (AsiaNews) - Se reanudó el enfrentamiento entre Teherán y los talibanes de Kabul por el control de los recursos hídricos ligados al río Helmand, el más largo de Afganistán y principal afluente de la cuenca del Sistán. Un cauce estratégico en una región sedienta de agua y entre las más afectadas por el cambio climático, que en buena parte de su longitud no es salado y por tanto puede aprovecharse para la agricultura. El río a lo largo del cual se levantan numerosos embalses, según los expertos tiene una importancia fundamental no sólo para las poblaciones afganas, sino para los propios iraníes de Sistán y Baluchistán, en el sureste del país.

En los últimos días, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, declaró que había tratado el tema con su homólogo talibán, Amir Khan Muttaqi, durante una cumbre en Uzbekistán. Más tarde, el jefe de la diplomacia de Teherán añadió en un mensaje en las redes sociales que había "insistido detalladamente" en la cuestión de las reivindicaciones territoriales y del aprovechamiento. La otra parte, concluyó, se comprometió a respetar los "derechos" de la República Islámica sobre las aguas y las partes "acordaron actuar de inmediato" sobre la propuesta.

Los dos altos funcionarios se reunieron la semana pasada en Samarcanda (Uzbekistán) para tratar la situación en Afganistán y la cooperación entre Teherán y los dirigentes talibanes que controlan el país. Los dos vecinos están inmersos en una larga disputa sobre los recursos hídricos compartidos, ya que los iraníes acusan a Kabul de restringir el flujo de agua del río Helmand construyendo más diques a lo largo de su curso.

El río nace en las montañas del Hindu Kush, cerca de Kabul, y luego fluye hacia el sur por una ruta de 1.127 km hasta los humedales y pantanos de Hamoun, en las provincias iraníes de Sistán y Baluchistán. Según un acuerdo de reparto de aguas de 1973, Afganistán está obligado a drenar a Irán una media de al menos 820 millones de metros cúbicos de agua al año.

En julio del año pasado, Amir-Abdollahian advirtió a su homólogo afgano de que la disputa irresuelta sobre la explotación de los recursos hídricos podría afectar a la cooperación entre ambos países, ya que es un "indicador importante" de los compromisos asumidos por el gobierno talibán. Esta advertencia se produjo poco después de la exhortación del Presidente Ebrahim Raisi a los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Agricultura, en la que les pedía "perseguir rigurosamente" lo que denominó "derechos sobre el agua" entre Irán y Afganistán.

Teherán mantenía estrechas relaciones con los talibanes antes de su regreso al poder en Afganistán en agosto de 2021. Desde entonces, las relaciones se han ido debilitando por las frecuentes escaramuzas fronterizas y la persistente disputa por los recursos hídricos. Según los últimos datos disponibles, facilitados por el anterior gobierno de Kabul y publicados por el Ministerio de Agua y Energía, Afganistán sólo utiliza el 20% de sus recursos hídricos, y el resto del agua superficial va a parar a naciones vecinas, entre ellas Irán y Pakistán.

En marzo de 2021, Afganistán inauguró la polémica presa de Kamal Khan, uno de los principales puntos de discordia con Teherán por el control y explotación del río Helmand y, según la parte iraní, en flagrante violación del tratado de 1973. Para Kabul, sin embargo, representa una solución a los numerosos retos infraestructurales y agrícolas de la región, además de proporcionar a los agricultores de la provincia de Nimruz un flujo constante de agua y electricidad. El río se considera un curso transfronterizo y los dos vecinos están legalmente obligados a compartirlo según el principio de uso justo y razonable.