Se derrumba la lira turca, aumenta la inflación. Los ciudadanos salen a las calles contra Erdogan
La moneda continúa su carrera hacia abajo con una nueva caída del 15%. Desde principios de año ha perdido el 42% de su valor. El presidente insiste en recortar tasas y exportaciones para "ganar la guerra de la independencia económica". Pero en el frente interno pesa el aumento del costo de vida. Manifestaciones en Estambul, Ankara y otras ciudades.
Estambul (AsiaNews) - La lira turca continúa su carrera a la baja, con una nueva caída del 15% registrada ayer después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan confirmara que quería continuar con la política de recortar intereses y prometiera "ganar la guerra de la independencia económica". En realidad, desde varios frentes se elevan fuertes críticas a las políticas del gobierno, mientras los ciudadanos comienzan a salir a las calles desde Estambul hasta Ankara pasando por otras ciudades más pequeñas, irritados por el aumento de los precios y la caída del poder adquisitivo de los salarios.
La situación actual es el reflejo de una crisis que comenzó en los últimos años y marcó el fin del milagro económico para el sultán Erdogan, quien se ha visto obligado a recurrir a una política de nacionalismo e islam para tratar de conservar el consenso. A eso se suma el impacto negativo de la pandemia de covid-19, que solo en los primeros meses del año en curso ha llevado a la quiebra a decenas de miles de empresas y actividades comerciales.
Desde principios de año la moneda ha perdido el 42% de su valor y solo en la última semana cayó el 22%, el peor rendimiento de una moneda a nivel mundial, llegando a 13,45 frente al dólar antes de cerrar en 12,7. El mandatario insiste en la política de recorte de impuestos para impulsar las exportaciones, incentivar la inversión extranjera y fomentar el empleo, mientras que la tasa de inflación ha llegado casi al 20%.
El presidente turco tampoco ha escatimado ataques contra aquellos que critican la política económica del gobierno y del AKP (Partido Justicia y Desarrollo). Una política que, sin embargo, ha disparado la inflación (nunca tan alta en los últimos tres años), hasta un valor cuatro veces superior al fijado oficialmente por el Banco Central. Erdogan quiere mantener y reforzar la expansión monetaria, enfocándose en inversiones y exportaciones para impulsar el crecimiento y ganar una posición fuerte de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2023.
En los últimos meses, el sultán no ha dudado en sacar del medio a cualquiera que haya intentado frenar una ruta que - a largo plazo - podría destruir el país, incluyendo seis altos funcionarios "disidentes" y tres presidentes y vice del Banco Central. Entre ellos se encuentra uno de los críticos más feroces de Erdogan, Semih Tumen, ex vicepresidente de la institución, quien habló de un "experimento irracional" en detrimento de la lira turca que "no tiene ninguna posibilidad de éxito" y que por lo tanto "debería abandonarse de inmediato" retrocediendo hacia opciones conservadoras que protejan la moneda y “la prosperidad del pueblo turco".
Por otra parte, considerando únicamente el PBI y las exportaciones, la elección parece acertada con productos más competitivos en el exterior y un volumen de producción que podría superar por primera vez los 200.000 millones de dólares. Y el crecimiento económico para 2021 sería solo inferior al de la India entre las naciones del G20, con un decidido + 9%. La otra cara de la moneda, sin embargo, son las desigualdades económicas y sociales que nunca habían sido tan marcadas en más de 10 años, el aumento vertiginoso de los precios de las viviendas y los productos de primera necesidad (como los alimentos) y la confianza del consumidor al mínimo. Y, como siempre, las clases menos favorecidas serán las que más pierdan, seguidas de una clase media que corre el riesgo de empobrecerse cada vez más y por eso vuelve a hacerse oír en las calles.
14/07/2020 11:47
14/08/2020 11:33