Seúl: dos trabajadoras filipinas escaparon del programa coreano para empleadas domésticas
Corea del Sur ha puesto en marcha un programa en base al cual 100 trabajadoras domésticas filipinas fueron asignadas a diferentes hogares de la capital como política de apoyo a las familias. A dos de ellas las encontraron pocas semanas después en Busan, donde denunciaron "exceso de trabajo y vigilancia". En Seúl se discute sobre los niveles salariales mínimos y cómo extender el programa a todo el país.
Seúl (AsiaNews/Agencias)- Dos mujeres filipinas que habían sido contratadas como empleadas domésticas en el marco de un programa internacional y habían huido de los hogares surcoreanos de Seúl donde trabajaban, fueron encontradas hace pocos días en Busan. Las dos mujeres habían desaparecido del barrio de Gangnam-gu el 15 de septiembre.
La semana pasada un representante del Departamento de Trabajadores Migrantes de Filipinas, Bernard Olalia, explicó que las dos mujeres se sentían angustiadas por "el exceso de trabajo y vigilancia", y añadió que las habían encontrado el 4 de octubre. “Allí fueron arrestadas junto con su nuevo empleador y llevadas ante las autoridades de inmigración de Busan”, explicó Olalia.
Ambas mujeres se encontraban en un centro de acogida en el barrio de Yeonje-gu, especificaron también los medios surcoreanos. Las autoridades filipinas siguen afirmando que en caso de expulsión (como pretende hacer el Ministerio de Justicia de Corea del Sur) las dos trabajadoras recibirán la asistencia jurídica y financiera necesaria del gobierno.
La administración metropolitana de Seúl puso en marcha este proyecto piloto a principios de agosto, tomando como modelo políticas que ya se aplican en Singapur y Hong Kong. Inicialmente fue diseñado para durar seis meses, para extenderlo después a toda Corea del Sur el próximo año, elevando el número de trabajadoras filipinas a 500 en 2025 y a 1.000 para 2028, con el objetivo de ofrecer ayuda a bajo costo a las familias y reducir la crisis demográfica del país, que se considera una verdadera emergencia nacional.
De acuerdo con el gobierno de Manila, 100 mujeres filipinas de entre 25 y 38 años fueron asignadas a 169 núcleos familiares (se dio prioridad a las familias con varios hijos con doble ingreso o situaciones monoparentales) especialmente seleccionadas por las autoridades metropolitanas.
El programa ha mostrado hasta el momento luces y sombras. Más de 20 familias abandonaron, alegando dificultades relacionadas con los horarios. Las trabajadoras filipinas, en reuniones especialmente organizadas por la ciudad de Seúl, también señalaron una serie de problemas, entre ellos la imposición del toque de queda, que obliga a las empleadas a regresar a sus alojamientos antes de las 22 horas, la distancia de las casas de las familias, que supone hacer largos viajes en tren, sobre todo para aquellas que trabajan en más de un hogar, lo que les impide regresar a su alojamiento para descansar.
Otras pidieron que se les pagara en dos cuotas al mes, en vez de una, y en varios casos los pagos del gobierno se han retrasado. Por su parte muchas familias surcoreanas consideran que los salarios de las trabajadoras, de 2,38 millones de wones (unos 1.800 dólares), incluido el seguro social, son demasiado altos para una jornada laboral de ocho horas. Según algunas estimaciones, dos surcoreanos de alrededor de 30 años deberían destinar el 47% de sus ingresos para una empleada filipina.
Sin embargo, se trata de salarios acordes con los mínimos previstos a nivel nacional, que corresponden a poco más de 7 dólares la hora. El alcalde de Seúl, Oh Se-hoon, y algunos políticos del partido en el gobierno habían pedido abiertamente salarios más bajos, enfrentándose al opositor Partido Democrático de Corea, sindicatos y agrupaciones feministas. "Los niveles salariales deberían determinarse en función de las habilidades y contribuciones, de conformidad con los principios del mercado", había afirmado Oh.
17/12/2016 13:14