Seúl otorga la ciudadanía al Padre Bordo: “Un honor que nace del amor por Corea”
Seúl (AsiaNews) – Convertirme en ciudadano surcoreano “es un honor, un gran reconocimiento a mi obra y a mis colaboradores, que nace del amor por Corea. Lo más bello es que no ha sido solicitada por mí, sino que fui contactado por el gobierno. Esto significa que reconocen la importancia de lo que hacemos, la importancia de comprometerse por los pobres y por los marginados”. Es lo que dice a AsiaNews el Padre Vincenzo Bordo, misionero oblato de María Inmaculada (OMI), quien hace 23 años vive en Corea del Sur. Hace algunos días, además de recibir el pasaporte coreano, fue nombrado Caballero de la República italiana.
La ceremonia oficial se celebró el 19 de noviembre de 2015, un día que el Padre Bordo definió como “de gran alegría. Durante 25 años he amado a Corea. He vivido con pasión en medio de esta gente, He servido con humildad a sus pobres. Y el gobierno, reconociendo este empeño, me ha otorgado el pasaporte coreano. Es un gran honor para mí ”.
El misionero obtuvo diversos reconocimientos por su "Casa de Ana", estructura de Suwon donde acoge a pobres y marginados. Pero desde hace tiempo que está en pie un nuevo desafío: “El movimiento AGIT -explica a AsiaNews – es un proyecto que utiliza la noche para buscar a los chicos que están en situación de calle. Se trata de un fenómeno nuevo, del cual se está comenzando a hablar recién ahora; chicos que ven a sus familias destruidas a causa del divorcio, que son echados de casa por los nuevos compañeros de sus padres y que no tienen más alternativas”.
Estos jóvenes “tienen pocas perspectivas ante sí. Para los hombres están los robos a pequeña escala, para las mujeres, la prostitución. Nosotros tratamos de darles una alternativa distinta; desde las 19 y hasta las 2 am damos vueltas con una tienda, que es montada para acoger a los jóvenes. Les ofrecemos un sincero recibimiento, una tierna amistad y una sopa caliente”. A partir de este primer contacto, se trata de indicar nuevos caminos: regresar a la escuela para quien está en la edad acorde, o bien, conseguir un trabajo.
Al igual que la “Casa di Anna”, AGIT se sostiene a partir de la generosidad de los amigos y de quienes entran en contacto con el Padre Bordo, quien considera este desarrollo como “una semilla que ha brotado” gracias a la visita del Papa Francisco a Corea, que se llevó a cabo en el verano del 2014.
El Papa, dice,“ha dejado un signo en la sociedad coreana. Se equivoca quien piensa que un pontífice llega, pronuncia sus discursos y cambia todo: sin embargo, su impronta está. Lo veo en la actitud de la gente hacia el trabajo con los chicos que están en la calle: antes no había un interés, en cambio, ahora, la situación cambió. Si damos tiempo a estas semillas para que broten, veremos un verdadero cambio”.
Los mismo vale también para la Iglesia coreana, que, concluye el Padre Bordo, “ahora se pregunta hacia dónde va. Yo, desde mi punto de vista, puedo decir que el próximo 30 de diciembre, 53 sacerdotes de mi zona harán una jornada de retiro. En lugar de organizar una fiesta entre ellos, como era habitual, vendrán con nosotros a la Casa de Ana para dar de comer a nuestros huéspedes, lavar los platos y pasar el tiempo con quienes son menos afortunados”.