Seúl, mañana se vota en las elecciones presidenciales. Pyongyang, a la espera del diálogo
El liberal-demócrata Moon Jae-in sigue siendo el favorito. El diario del partido de Corea del Norte aguarda una salida de escena de los conservadores, considerados demasiado cercanos a Trump
Seúl (AsiaNews/Agencias) – En Corea del Sur, en la vigilia de los comicios que habrán de elegir el sucesor de la presidente Park Geun-hye, los candidatos que compiten en la carrera electoral hacen un último llamado a los electores. La Corea del Norte aguarda que se ponga fin a la serie de presidentes conservadores, para así inaugurar un futuro de paz en la península coreana.
Los últimos sondeos publicados muestran que Moon Jae-in, del Partito demócrata liberal, es el favorito, manteniendo una firme ventaja con respecto a sus dos principales rivales, contando con un apoyo cercano al 35-40 por ciento. El desafío por el segundo lugar se bate codo contra codo entre Ahn Cheol-soo del Partido popular y Hong Joon-pyo del Partido conservador de la libertad. El último sondeo publicado el 3 de mayo pasado coloca a ambos, Ahn y Hong, con un 18,6 por ciento. Desde entonces, ha quedado vedada la publicación de nuevos sondeos.
Durante el último día de campaña electoral, el líder del Partido demócrata liberal, Moon Jae-in, se dirigió a la segunda ciudad del país, Busan, si bien el cierre estaba previsto en la capital, Seúl. La visita a Busan resulta para él decisiva, pues la ciudad portuaria, situada a 450 kilómetros al sudeste de Seúl, es tradicionalmente considerada hogar de los conservadores. El candidato católico de sesenta y cuatro años no renunciará a hacer una escala en Daegu, otra fortaleza de los partidos conservadores, situada a 300 kilómetros al sudeste de Seúl.
Hong Joon-pyo, el candidato conservador del Partido de la libertad, en el último día de campaña electoral defiende a su electorado de base en encuentros en Busan y Dagu. Pero también en su caso, la última etapa será en la capital: cerrará su campaña con un evento a medianoche, en el distrito universitario de Hongdae, en la parte noroccidental de Seúl.
Por último, Ahn Cheol-Soo, del Partido popular, ha concentrado sus últimos esfuerzos en Daejeon y en las provincias de Chungcheong, en la región central del país, por ser considerados Estados coreanos que mueven el péndulo de las elecciones, a causa de sus oscilaciones a la hora de dar su consenso.
En Corea se vota siete meses antes de lo previsto a causa del proceso de destitución iniciado contra Park Geunhye, primera líder femenina del país, llevada a prisión en marzo tras ser removida de su cargo a raíz de un escándalo de corrupción y abuso de poder en el cual también estaría implicado el coloso de la electrónica Samsung. Durante el período de transición, el primer ministro Hwang Kyo-ahn ha desarrollado las funciones de presidente, pero éste ha decidido no presentarse en las elecciones. Las urnas electorales permanecerán abiertas desde las 6 y hasta las 20 horas para que 42 millones de personas puedan ejercer su derecho al voto. El ganador de las elecciones será dado a conocer en las primeras horas del 10 de mayo. Quien triunfe jurará como nuevo presidente para los próximos cinco años, sin contar el período de prueba de dos meses, tal como está previsto en los casos de procesos de destitución.
Las elecciones se dan en un momento de creciente tensión en la península. El mes pasado, Corea del Norte efectuó tres lanzamientos experimentales de misiles balísticos (dos de ellos fallidos), en violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los Estados Unidos –aliados de Seúl- en reiteradas oportunidades han amenazado con el uso de la fuerza militar y han procedido a instalar el sistema anti-misiles THAAD.
A 24 horas de la votación, Corea del Norte busca influenciar el voto, solicitando un presidente demócrata que pueda emprender el camino para poner fin al conflicto inter-coreano y llegar a la paz. En un editorial del Rodong Sinmun, periódico del partido, se lee: "Las graves relaciones entre Corea del Sur y Corea han sido causadas por los grupos conservadores que han estado en el poder en los últimos diez años y que se han ocupado de maximizar la rivalidad política y militar en el ámbito de una misma raza”. “El deseo de paz que alberga nuestro pueblo –continúa- ha quedado involucrado sin piedad, a raíz de grupos conservadores”.
"La historia del enfrentamiento inter-coreano, liderada por los conservadores, debería terminarse, y así se inaugurará una nueva era de unificación”. Ha de ser dicho que el favorito Moon Jae-in, hijo de refugiados norcoreanos, tiene un abordaje mucho más blando con Pyongyang que el aquel que promueven sus principales rivales. “No seguirá las huellas de Trump”, declaró Nam Chang-hee, profesor en la Universidad Inha, que otrora se desempeñó en el ministerio de la Unificación de Corea del Sur.
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