Seúl, fueron publicados los “ingresos” del budismo Jogye: Prometemos transparencia

Por primera vez, y siguiendo la estela de un decreto emanado por el gobierno, la popular orden religiosa publicó el volumen de donaciones para algunos de sus mayores templos. Los primeros dos, en orden de amplitud, totalizaron en el año 2015 una suma de 40 millardos de won (36 millones de dólares). Los medios elogian la iniciativa y solicitan “casas de cristal” para las religiones: “Haced como los católicos”.

Seúl (AsiaNews) – La Orden budista Jogye, la mayor confesión en número de adherentes en Corea del Sur, decidió volver públicos los “ingresos” de sus cuatro mayores templos “para mejorar la confianza del público en nuestra religión y lanzar una verdadera operación de transparencia”. Los lugares de culto que han recibido más ofrendas son el templo Bongeunsa (ubicado en el sur de la capital) y la “sede general”, o, más bien, el templo Jogyesa. El primero recaudó 21,09 millardos de won (18,3 millones de euros), mientras que el segundo llegó a 20,05 millardos de won.

El país tiene cerca de 48 millones de ciudadanos: de estos, 20 millones adhieren al budismo (casi todos a la Orden Jogye), pero el número cae por cada año que pasa, porque no existen registros oficiales para adherir a esta secta. Los cristianos son el 26% de la población, de los cuales el 11% son de fe católica. La decisión de publicar los “ingresos” de los templos representa una primicia absoluta para la Orden, la cual también pierde fieles a causa de los diversos escándalos que han involucrado la vida sexual y financiera de los monjes.

Un editorial aparecida hoy en el Korea Herald elogia la decisión del grupo religioso: “Se trata de un gesto serio e importante, tal como fue decidido por el venerable Jaseung – jefe de la Orden – hace aproximadamente un año. El budismo es la religión más popular en Corea, pero es necesario decir la verdad: aún se halla muy lejos, en términos de transparencia, con respecto a la Iglesia católica”. Luego es agregado que la elección fue de alguna manera impuesta por un decreto que fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2015, que, por primera vez, impone a las religiones pagar impuestos sobre las “ganancias”.

Según la nueva reglamentación, que estará vigente a partir del año fiscal 2018, se pagará de acuerdo a una escala de ingresos: quien gana hasta 40 millones de won al año (cerca de 32.000 euros) pagará impuestos por el 20%, pero quien supere los 150 millones de won (cerca de 122.000 euros) podría llegar a pagar en torno a un 80%. Más turbia es la situación de los bienes inmuebles, que serán tasados de acuerdo a su valor catastral “una tantum”, a menos que sean utilizados con fines comerciales. En dichos casos, podrían ser equiparados a los negocios.

Corea del Sur cuenta con cerca de 360.000 religiosos católicos, protestantes y budistas. Con la nueva ley, sus ganancias devienen en “gastos religiosos” y no –como fue hasta hoy. “honorarios”, y por lo tanto, exentos de pagar impuestos. La Comisión de las Iglesias de Corea, uno de los grupos protestantes más conservadores del país, ataca esta definición: “Tasar a quienes obran para la religión significa transformar las misas, los rituales y las celebraciones en actividades comerciales”.

Sin embargo, según una circular emanada del entonces arzobispo de Seúl – el estimado difunto cardenal Stefano Kim Sou-hwan –, los sacerdotes diocesanos vuelcan de manera voluntaria el 10% de sus ganancias al Estado desde mediados de los años Noventa del siglo pasado. Y muchos destacan que las vehementes protestas de la comunidad protestante están más ligadas a las actividades extra-religiosas que al estipendio de los pastores. En los últimos años, de hecho, una serie de escándalos que han golpeado a diversas “mega-iglesias” protestantes, sobre todo de Seúl, han revelado movimientos en negocios millonarios vinculados al mundo del pop coreano y de la industria.