Santo Sepulcro, misa solemne por la festividad de la Exaltación de la Cruz

Vicario de la Custodia: Es necesario aceptar el misterio de la Cruz y hacerse un criterio de vida, saber perder para vencer, como lo hizo Cristo. Las parroquias de Tierra Santa celebran encendiendo un fuego, signo de la Cruz.

Jerusalén (AsiaNews)- “La aparente derrota de la Cruz se convirtió en perenne victoria del amor”. Lo dijo esta mañana fray Dobromir Jasztal, vicario de la Custodia de Tierra Santa, durante la homilía pronunciada en la misa de la celebración por la fiesta de la Exaltación de la Cruz. La misa solemne se celebró a las 9 de esta mañana en el altar del Calvario, dentro de la basílica del Santo Sepulcro, en Jerusalén.

La comunidad cristiana se une hoy al resto del mundo en el exaltarla, pero el 7 de mayo conmemora su descubrimiento. Como cada año, la misa fue celebrada por el vicario de la Custodia, el sacerdote llevó al altar una reliquia de la Verdadera Cruz. donde permaneció durante la entera ceremonia. Durante la homilía, fray Jasztal recordó como la Cruz sea el instrumento para la elevación del hombre y el “pasaje obligatorio para la gloria de la Resurrección”. Para el franciscano es necesario reconocer el misterio de la Cruz “en toda su belleza y profundidad”, si bien esto no basta: “Es necesario que el misterio de la Cruz se convierta también en un preciso criterio de vida. Este exigencia nos asusta, pero si no lo aceptamos, no sólo no podemos ser cristianos creíbles, sino que nuestra fe se vuelve estéril e ilusoria”.

“Jesús se despojó de sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte”, recuerda fray Jasztal. “La Cruz es debilidad, es ser derrotados en el sentido de dejarse pisotear y humillar con tal de no renunciar a amar y ser verdaderos. Es saber perder para vencer, como lo hizo Cristo. En otras palabras, se necesita ser capaces de dejarse destruir por el odio y por la envidia de los otros, sin por esto quedar destruidos por dentro, permenecer libres en nuestro amor hasta el fondo. La lógica del mundo, priva de la lógica de la Cruz, nos impone responder al odio con el odio, abriendo así una cadena de reacción de odio que sólo Jesús supo romper a través de la Cruz.

Entrevistado por AsiaNews, fary David Grenier, secretario de la Custodia, comenta: “La Cruz está en el centro de nuestra vida cristiana. Quisiéramos tener una vida sin ‘cruces’, pero la historia es que la Cruz es el camino de la Redención: sin ella no hay Resurrección”.

Además de la ceremonia en el Santo Sepulcro, cada parroquia del patriarcado latino de Jerusalén festejó la recurrencia. El p. Ibrahim Shomali, canciller del patriarcado, narra que las comunidades celebran llevando “los dones de la tierra”- uva y granadas- como oferta, mientras que el párroco enciende el fuego. “El significado es agradecer a Dios por estos dones y vivir la Cruz, esto es aceptarla, testimoniarla, porque debe ser vista como ‘el fuego’. En el pueblo cristiano de Meilia (Galilea), la exlatación de la Cruz fue tamnbién ocasión de un momento ecuménico, con una procesión en la tardecita de ayer a la cual han participado los cristianos latinos, ortodoxos y protestantes.