Salvar Qaraqosh, ciudad cristiana disputada por el Isis y los curdos
Beirut (AsiaNews)- Desde hace una semana que falta el agua y la luz en Qaraqosh, pequeña ciudad iraquí en la llanura de Nínive, habitada en su mayoría por cristianos, que están comenzando a escapar también de un lugar que hasta hace poco tiempo se lo consideraba seguro, pero que ahora se encuentra disputada por los islamistas del Isis y los peshmerga curdos.
"Nosotros, los cristianos de Oriente no somos un pueblo errante". Es el grito de alarma lanzado por el obispo siríaco católico de Nínive, Boutros Mouchi que lanza un pedido a la conciencia local, regional e internacional para salvar a la ciudad de un invasión considerada "inminente" por parte de los islamistas del estado islámico de Irak y dl Levante.
El pedido es relanzado en Beirut por Melhem Khalaf, docente de derecho en la Universidad Saint-Joseph, apenas regresado de Irak, donde visitó también Qaraqosh. El pedido está dirigido a todas las instancias políticas y religiosas y a todos aquellos que quien la conservación de la riqueza social, de la historia y del futuro de esta región.
El obispo Boutros Mouchi está todavía en Qaraqosh, que está a unos 30 km de Mosul y está cerca de las zonas controladas por los curdos. Y quando el Isis ha capturado Mosul las fuerzas curdas avanzaron sobre Kirkuk, la región iraquí más rica en petróleo, extendiendo su control también en Qaraqosh.
La ciudad, de tal modo se encuentra entre las dos fuerzas rivales, que ya comenzaron a enfrentarse. A los responsables del Isis a los cuales se dirigieron para pedirles que le devuelvan el agua y la electricidad, los ciudadanos se sintieron responder: "pídanselo a los curdos".
En las semanas pasadas, la ciudad de Qaraqosh, que contaba con 38 mil habitantes, 35 mil de los cuales cristianos, había visto crecer notablemente la población, por la llegad de los cristianos que escapaban de Mosul, tomada por el Isis. Análogamente sucedió años atrás, cuando habían buscado refugio los cristianos que dejaban el infierno de Bagdad y que creían que se encontrarían una zona de paz.
Al principio el Isis se comprometió en no atacar el lugar. Con la voluntad de asegurar a los habitantes y de dar crédito a los compromisos de las fuerzas islamistas, fue personalmente a hablar con ellos el Patriarca caldeo Louis Sako.
Ahora todo cambió y los extremistas islámicos han iniciado a atacar Qaraqosh, enfrentándose con los peshmerga curdos.
Ahora, junto a los representantes de las diversas Iglesias de Oriente, mons. Mouchi lanza un pedido al mundo entero para salvar la ciudad y lo que de ella es más precioso: su diversidad religiosa, cultural y étnica.
Se trata de poner al mundo entero frente a sus responsabilidades, impidiéndoles cerrar los ojos sobre la violencia que actualmente destrozan a Irak y sobre lo que, afirma Khalaf, sucede o está por suceder, bajo la cobertura de lucha por el poder.
En el ámbito de tal mobilización, el Vaticano está llamado en causa a través de los embajadores occidentales en Beirut. Todos están convencidos que el juego supera el destino de miles de cristianos y que apunta al futuro de la región. Como dice Khalaf, "Qaraqosh es un poco cada uno de nosotros. Dejarla morir es firmar la condena a muerte de todos nosotros".