Sacerdote de Hong Kong pide a los jóvenes que renieguen de la violencia

Las manifestaciones que agitan el Territorio están manchadas por actos de violencia: "los cristianos deben decir no al odio y luchar contra la oscuridad". Carrie Lam condena a los "manifestantes radicales, dispuestos a cualquier cosa". Diputados demócratas se arrodillan ante los jóvenes: "Permanezcan pacíficos".

Hong Kong (AsiaNews) - Los jóvenes en Hong Kong "deben ser cautelosos y evaluar cuidadosamente la veracidad de la información que reciben de todas las partes involucradas. Deben pensar de manera crítica e independiente, con el apoyo de las generaciones más maduras". Lo ha dicho el P. Jacob Kwok, sacerdote diocesano del Territorio, que marchó ayer para recordar el regreso de la antigua colonia a la patria.

Durante los últimos 22 años, cada primero de julio, los ciudadanos del territorio se manifiestan a favor de su libertad. Este año, las manifestaciones están marcadas por la cancelación de la ley de extradición a China, que arriesga reducir la autonomía jurídica y la libertad de expresión en Hong Kong a casi cero. La marcha de ayer tuvo momentos de alta tensión, con la policía retomando por la noche el control del Consejo Legislativo, un pequeño "Parlamento" local.

El p. Kwok compartió la protesta con los jóvenes, pero los puso en guardia sobre las trampas presentes en los mensajes dirigidos a la población. El sacerdote citó un video que apareció en YouTube, en el que un joven acusa a sus padres de "no amar a sus hijos, dejándolos solos frente al gas lacrimógeno y la violencia policial". Este video, comentó el padre. Kwok, "promueve el odio, la animosidad y la desconfianza entre las generaciones. Está mal".

Los cristianos, subrayó, "deben decir no al odio y luchar contra la oscuridad, a favor de la luz. Antes de marchar, estamos llamados a orar y a promover la reconciliación y la confianza en la población". Según el pastor protestante Chan Young-man, también presente en el evento, "el pueblo de Hong Kong hizo historia, organizando protestas numerosas y pacíficas. Debemos continuar por este camino".

Sin embargo, la violencia no ha faltado. Hoy, el gobierno de Hong Kong, en la persona del presidente ejecutivo Carrie Lam, ha acusado a los manifestantes que han ocupado el Parlamento de haber recurrido a la "violencia extrema": "Los manifestantes radicales han tomado el complejo del Consejo legislativo por asalto con una violencia extrema. Estos manifestantes han puesto en grave peligro la seguridad de los oficiales de policía y el público y semejantes actos violentos son inaceptables para la sociedad".

Los líderes de la protesta, organizados por el Frente Civil por los Derechos Humanos, han intentado a toda costa detener los enfrentamientos. El diputado demócrata Lam Cheuk-ting se arrodilló ante los violentos pidiéndoles que se mantuvieran tranquilos. Sin embargo, la multitud lo ha rechazado junto con su compañero de partido Roy Kwong Chun-yu. Lo preocupante, subrayan otros organizadores, “es la desesperación de estos jóvenes. Se sienten de espaldas contra un muro y creen que la violencia es la única respuesta útil ante la presión que ejerce Beijing”.