Sacerdote de Amán: Jordania, un frágil modelo de estabilidad en medio de la violencia y los conflictos regionales

Para el Pbro. Rifat Bader, los conflictos regionales arriesgan provocar que “en cualquier momento” estalle también una crisis en el reino Hachemita. El homicidio de Hattar, las protestas en torno a los libros de texto y las elecciones legislativas conforman focos de tensión, alimentados por el uso propagandístico de los medios sociales. Las escuelas y los lugares de trabajo son los centros en los cuales debe construirse el valor de la “unidad nacional”. Y la religión no debe ser “un obstáculo”.

Amán (AsiaNews) – La crisis de Oriente Medio, los conflictos en curso en la región y la creciente inseguridad que caracterizan a muchos países del área corren el riesgo de tener duras repercusiones incluso en Jordania, que hasta ahora se ha visto beneficiada por una “estabilidad que puede perderse de un momento a otro”. Es lo que dice a AsiaNews el Pbro. Rifat Bader, director del Centro católico para estudios y medios de Amán, al comentar los últimos hechos que han caracterizado la vida política, social y económica del país. La mayor parte de los ciudadanos “está en contra de la violencia”, sobre todo si ésta “es usada en nombre de Dios y de la religión”, y cuando es alimentada “gracias al uso de las redes sociales” que se vuelven un espacio en el cual fomentar la tensión y alimentar la ideología extremista..

Desde el homicidio del periodista y activista político Nahed Hattar, de origen cristiano, ocurrido el 24 de septiembre pasado por haber publicado una historieta “blasfema”, pasando por la polémica que estalló en torno a los libros de texto por la eliminación de algunas referencias al Corán; y llegando a las elecciones legislativas, que han registrado un retorno de los Hermanos Musulmanes al Parlamento, e incluso al significativo aumento de los escaños asignados a las mujeres, son muchos los factores que están sacudiendo a una nación que, hasta ahora, era un modelo de convivencia y de paz.

Incluso en el reciente encuentro de las Iglesias del Oriente Medio, que se celebró precisamente en Amán, el reino Hachemita fue citado como un ejemplo, en un contexto local que se distingue por la violencia, las guerras y el extremismo. Sin embargo, la paz y la estabilidad de la nación se fundan en un precario equilibrio que –tal como afirma el mismo padre Rifat- corre el riesgo de estallar “de un momento a otro”, en tanto crece la contraposición entre quien persigue el modelo de Estado laico y quienes desean la transformación del país asentada en la religión (musulmana) y en el respeto de los dictámenes de la ley islámica.

Parte de quienes alimentan el peligro de una polarización de la sociedad jordana son las redes sociales, en particular Facebook, sitio en el cual se hacen circular los discursos que incitan al odio, al enfrentamiento, a las tensiones confesionales. De hecho, fue justamente el hecho de compartir un post, en este caso una historieta, lo que detonó la espiral que luego condujo al asesinato de Hattar.

“El riesgo del extremismo no es algo que esté presente sólo en Jordania –explica el padre Rifat- y tampoco puede decirse que haya un país del mundo que sea verdaderamente seguro. Gracias a la actuación de las autoridades de Amán, aquí el nivel de seguridad es fuerte, pero las tensiones permanecen, y al mismo tiempo surgen nuevos problemas”. Facebook es uno de ellos, prosigue el sacerdote, porque “se ha convertido en una zona de guerra, donde todos se sienten autorizados a decir lo propio, a difundir el pensamiento de quien parecer ser el más fuerte”. Pedimos a los conciudadanos, agrega, “mantener la calma, y verificar las noticias, los relatos, antes de difundirlos, evitando de esta manera alimentar un espiral de odio, y ateniéndose a una confrontación pacífica y constructiva”.

Para el director del Centro católico para estudios y medios de Amán, es fundamental “promover el valor de la unidad nacional” e intervenir “en las escuelas y en los lugares de trabajo” para construir una sociedad en la cual “la religión no sea un obstáculo” sino un puente para el conocimiento recíproco.

Fue precisamente en las escuelas del país donde recientemente estalló una polémica feroz en torno a los nuevos libros de texto para los institutos primarios, porque, de acuerdo al ala extremista, éstos ya no contendrían algunos pasajes del Corán. La tensión fue en aumento en las últimas semanas, y se registraron algunas quemas de libros en las calles; el ministerio de Educación intervino refutando las críticas de los movimientos fundamentalistas islámicos, en un intento por aplacar la polémica.

“Hace tiempo que los escritores e intelectuales, e incluso nosotros como centro católico, reclamamos por un cambio en el currículum escolar así como por la revisión de los libros de texto –cuenta el padre Rifat- pues en ellos hasta ahora no ha habido huellas de la presencia cristiana. Pedimos que se incorpore un capítulo en el cual se hable de nosotros, de nuestra historia, para favorecer el conocimiento y un respeto recíproco, incluso entre los jóvenes musulmanes”. Lamentablemente, la propuesta de mejorar los libros de texto y de enriquecerlos, degeneró en un debate –del cual han sido cómplices los medios sociales- que se ha focalizado solamente en la eliminación de algunos versículos del libro sagrado de los musulmanes.

Al un contexto de crisis económica y social, se suma también la emergencia de los refugiados, alimentada por la guerra en Siria y por la violencia que perdura en Irak. Si bien, por un lado, parte de los inmigrantes iraquíes ya han partido rumbo a Australia, a los Estados Unidos y a Canadá, para los sirios las perspectivas muestran que van a “permanecer aquí los próximos 15 años”, con los consiguientes problemas de la escolarización de los niños y de la visas de trabajo para los adultos. “La emergencia no afecta sólo a Jordania –advierte el padre Rifat- sino que se trata de una cuestión regional e internacional”.

Y precisamente, las últimas elecciones legislativas de septiembre pasado son de algún modo una prueba de fuego para una nación que oscila entre la tradición y la modernidad. “Los Hermanos Musulmanes están presentes en el Parlamento desde 1989 –explica el sacerdote-, y jamás crearon problemas. Es más, es un bien que estén presentes dentro de las instituciones y que así puedan vehiculizar sus instancias”. “Por otro lado, en la nueva Cámara hay 20 escaños asignados a las mujeres, un incremento que es positivo- concluye-, y luego a nuestros diputados cristianos compete la tarea de contribuir al bien de la nación y a la tutela de nuestros derechos”. (DS)