Sacerdote chino: a propósito del clima enardecido en torno a los diálogos entre China y el Vaticano
Algunos medios favorables al acuerdo hablan de un modo “desagradable”. Quien se opone, no es por estar en contra de un acuerdo o en contra de las relaciones diplomáticas, sino por el hecho de querer lograr estos resultados a cualquier costo, sin una línea de fondo. “¿En qué lugar de China la Iglesia goza de derechos de verdad?”. El autor es un sacerdote de la Iglesia no oficial, del este de China.
Beijing (AsiaNews) – Siendo un simple fiel, es inútil decir algo respecto a cómo se mueven las relaciones entre China y el Vaticano. De todos modos, hay quien ha sugerido que, como miembro de la Iglesia, es necesario expresar la opinión propia sobre las cuestiones eclesiales, de manera de guiar a otros que no conocen la verdad. Al escribir este artículo, mi intención no es “guiar” a nadie, en absoluto. Sólo quiero expresar mi punto de vista, que incluso podría ser equivocado, pero puede servir como una declaración mía personal, referida a la materia.
Aquellos que apoyan al Card. Pietro Parolin dicen siempre que los opositores tienen como objetivo obstaculizar las negociaciones entre China y el Vaticano e [impedir] el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Un sitio incluso ha escrito sobre la “tormenta mediática” de los últimos días, en la cual tampoco resultan ajenas las motivaciones políticas, y que relanza las campañas orquestadas por algunos grupos en Hong Kong y por algunos sectores de Occidente, que están en contra de un posible viraje en las relaciones entre China popular y el Vaticano”.
Siempre ha sido bastante desagradable el modo en que este medio de información trata el tema China-Vaticano. Pero ahora se ha vuelto incluso más ridículo, dado que su estilo de escritura está perfectamente en sintonía con el de los medios del Partido comunista chino (PCC). Me pregunto: si el PCC es tan amable, ¿cómo es posible que ese medio de comunicación no haya publicado en otros idiomas la entrevista al canciller de la Pontificia Academia de Ciencias, el cual dijo que “China es quien mejor realiza la doctrina social de la Iglesia”? Pienso que es porque ellos mismos se sintieron incomodados ante semejante bofetón.
De todas maneras, estas palabras nada tienen que ver con las relaciones entre China y el Vaticano. Lo que quiero decir es que los opositores, en efecto, no se oponen a un acuerdo entre China y la Santa Sede, y tampoco se oponen al establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano. Pero este acuerdo y las relaciones diplomáticas no debieran ser alcanzados a costas de abandonar normas disciplinarias de la Iglesia establecidas hace largo tiempo, o una línea de fondo.
Además, debiéramos considerar la credibilidad de las partes que negocian. ¿Cuándo ha sido creíble el Partido comunista? Nació en medio de la mentira. Además del hecho de que impone su política con la violencia sobre personas de diferentes ideologías - ¿acaso puede considerarse creíble una política cuyo único objetivo es mantener la estabilidad de su propio gobierno?
En otras palabras, los opositores no se oponen al acuerdo o al establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano: ellos se oponen al abandono de una línea de fondo para llegar al acuerdo o a las relaciones diplomáticas, porque este tipo de acuerdo no aportará ningún beneficio a la Iglesia.
¿Qué es lo que cambia, en sustancia, si se entablan relaciones diplomáticas?
Miremos la situación actual de la Iglesia en China: es cierto que cada lugar es distinto a otro, pero ¿cuál es el lugar donde la Iglesia pueda gozar de derechos de verdad, reales? ¿Cuál es el lugar donde realmente se haya implementado la ley sobre libertad religiosa afirmada en la Constitución?
Desde hace muchísimo tiempo, la Iglesia es la conciencia de la sociedad, y siempre ha sido la voz que critica las injusticias y los males que rigen en la sociedad. Las negociaciones actuales no sólo harán que la Iglesia pierda su rol de profeta y de conciencia en la sociedad, sino que además promoverá la conducta maliciosa de aquellos que son injustos.
Y bien, es cierto que el rol de la Iglesia en tanto profecía y conciencia de la sociedad tiene un efecto muy pequeño en la China de hoy en día; y para la Iglesia china, la ley eclesiástica no es más que un trozo de papel vacío. ¿Quién de los obispos ilícitos es penado de verdad? ¿Quizás aquellos que son ordenados de manera ilícita? ¿Los que ilícitamente ordenan a otros y continúan manejando su administración? Y luego, no hablemos de los obispos excomulgados que siguen ordenando sacerdotes… ¿Cuántos párrocos apoyan el aborto? Es curioso llegar a saber –según los rumores que circulan en internet- que hay dos obispos que tienen mujer e hijos, aunque no son los que yo conozca personalmente. Frente a estas violaciones de la doctrina y de la moral, ¿cuál es el de la ley eclesiástica en cuanto a marco de obligaciones, a las cuales atenerse?
Volvamos al modo en que el gobierno trata a la Iglesia: a nivel nacional hay continuos episodios de destrucción de cruces, de clausura o demolición de iglesias, nunca se dejó en suspenso la prohibición que rige sobre los menores en cuanto a practicar la fe e incluso a entrar en una iglesia; hay reglas estrictas que rigen incluso para los adultos, referidas a cuándo pueden entrar en las iglesias y por cuánto tiempo (hay quien podría decirme: ¡pero esto es una locura! ¿Dónde se encuentran estas reglas? Lo único que puedo decirles es: den gracias al Señor porque ustedes viven en un lugar afortunado); ni siquiera los muertos se salvan (en Xinjiang, la lápida de la tumba de Mons. Xie [obispo subterráneo de Urumqi, muerto el verano pasado –ndr] fue retirada durante la noche, inmediatamente después de su funeral). Todas estas acciones son conducidas por aquellos que son quienes “mejor realizan la doctrina social de la Iglesia”, tal como ha elogiado ese monseñor del alto nivel de la Santa Sede.
Nuevamente, repito: aquello en contra de lo cual están los opositores es el contenido del acuerdo y las condiciones para establecer las relaciones diplomáticas. Ellos no son contrarios a las negociaciones o a las relaciones diplomáticas, y tampoco se oponen a la “Iglesia oficial”, porque la mayoría de esa comunidad sigue actuando por el bien de la Iglesia, aunque tal vez las autoridades les impongan asumir ciertas posiciones, valiéndose del uso de la fuerza.
De cualquier manera, podemos afirmar con seguridad, que el acuerdo o las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano llegarán, esto sin lugar a dudas. Pero es imposible llegar a una solución si nos limitamos a discutir on-line sobre las modalidades y los tiempos de dicho acuerdo.
Y naturalmente, como dijo el Card. Zen, si el Papa de verdad ordena firmar este acuerdo, la mayor parte de los opositores obedecerá a la posición papal. Demos un paso atrás, y pensemos en ello. En el fondo, incluso aunque la Iglesia china fuera distinta del resto de la Iglesia universal, ¿cuál sería el problema? Sería sólo una comunidad más, con “características locales bien conservadas”.
(En la foto 2 – policías exhibiendo una pancarta donde está escrita la leyenda; “Firmemente rechazar la religión, no creer en la religión”)
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