Ritsuko Shibuya, del Japón a las callejuelas de Calcuta tras la huellas de Madre Teresa
Invitada a hacer el voluntariado con la santa hace 27 años, después ya no dejó India. “No es pobreza sólo el hambre de pan. Existe también el hambre de amor, que se puede encontrar sobre todo en los países ricos. Es más fácil remover la pobreza material que remueve la pobreza del corazón”.
Calcuta (AsiaNews) – De Japón a las callejuelas de Calcuta dejando todo, para seguir las enseñanzas de Madre Teresa: es la historia de Ritsuko Shibuya, de 58 años y desde hace 27 voluntaria en el Daya Dan Medical Center, estructura sanitaria fundada por la santa para asistir años abandonados y con graves discapacidades físicas o mentales.
Ritsuko nace en la prefectura de Mie, en Japón central. A los 16 años se transfiere a Viena (Austria), donde estudia piano por 12 años. Completados sus estudios musicales, decide viajar por un par de años, antes de volver a Japón. Calcuta es una de sus paradas, por casualidad, es invitada para hacer un voluntariado con Madre Teresa.
“Era la primera vez que vi el rostro de una persona muerta”, declara la mujer a NHK, el servicio público radiotelevisivo japonés. “El primer día fue tan choqueante que no podía irme sin decir simplemente ‘Gracias por esta experiencia’. Sentí que debía permanecer un poco más de tiempo allí”.
Los niños que Ritsuko asiste no están en grado de ver, hablar o caminar. Además, fueron abandonados por sus padres, demasiado pobres para poder ocuparse de ellos. Ritsuko los ayuda a usar el baño y se ocupa de la terapia física. “Los niños son tan vivaces, aunque si no pueden hablar o caminar. Siempre me sonríen y me transmiten un amor que para mí es precioso. esto es lo que hace que permanezca aquí”.
“La cosa más difícil es ver morir a un niño que asistí por mucho tiempo. Cuando veo a los niños en sus últimos días, es difícil para mí pensar en perderlos. Cada niño tiene necesidad de sentir el calor del amor, hasta los últimos instantes de su vida”.
“Son las palabras de Madre Teresa que me dan fuerza. Si como bien, visto hermosos vestidos y vivo en un lugar bello, no puedo servir a los pobres. Debo vivir como ellos para poder ayudar”, afirma Ritsuko citando a Madre Teresa en un discurso realizado en Japón en 1981.
“Pienso que muchas personas en Japón no conozcan a los pobres del país”, concluye la voluntaria. “Hay pobreza, pero también mucha pobreza espiritual. No es pobreza sólo la del hambre. Existe también el hambre de amor, que se puede encontrar en los países más ricos. Es más fácil eliminar la pobreza material que la pobreza del corazón”.
05/03/2019 11:46
05/09/2017 10:30