Riad admite el homicidio de Jamal Khashoggi, pero acusa a ‘perros sueltos’

Para el ministerio de Relaciones Exteriores saudita, detrás de la muerte estaría un comando que actuó sin autorización. Un “gravísimo error” en el cual no está involucrada la corona. Mañana vence el ultimátum de Erdogan, que amenaza con difundir archivos y pruebas del homicidio. El rey Salman y MbS se comunicaron telefónicamente con la familia del periodista.

Estambul (AsiaNews) – Luego de haber negado durante días el conocimiento del paradero y después confirmar la muerte ocurrida en un “enfrentamiento físico” a raíz de una “discusión” con algunos agentes enviados a Estambul para interrogarlo, hoy, Riad cambia una vez más de versión: el periodista saudita Jamal Khashoggi –sobre cuya desaparición se cierne la sombra de la participación de las máximas esferas sauditas encabezadas por el príncipe heredero Mohammad bin Salman (Mbs)- fue asesinado por “perros sueltos”. Una versión que por cierto fue “sugerida” por Donald Trump, quien hace algunos días, al referirse al caso, deslizó precisamente los términos “perros sueltos” o “criminales” que actuaron sin el consentimiento de las autoridades sauditas.

Las explicaciones brindadas el 2 de octubre pasado, el último día en que se tuvieron noticias ciertas del periodista saudita y voz crítica de la dirigencia wahabita, jamás convencieron plenamente a los líderes europeos ni a Canadá, como tampoco al gobierno turco –sobre cuyo suelo se produjo la desaparición- y ni siquiera a los Estados Unidos. El presidente estadounidense Donald Trump, excluyendo la posibilidad de una crisis en las relaciones diplomáticas pero sobre todo comerciales [hay millardos de dólares en juego en armas, que Washington proporciona a Riad], en más de una oportunidad solicitó información fehaciente y una respuesta creíble al misterio que envuelve el caso Khashoggi.

Su desaparición –que ha sido fuente de júbilo o pesar, dependiendo de las posiciones- lleva en dirección a la casa real y a su número dos, MbS. Mañana vence el ultimátum del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien amenaza con difundir “todo” lo que Ankara sabe sobre el caso, incluidos los (presuntos) archivos de audio registrados a través del reloj inteligente que el periodista llevaba puesto y que comprobarían las torturas por mano de un comando arribado al país, proveniente de Arabia Saudita, para ajusticiarlo.

El equipo turco a cargo de la investigación ha ampliado la zona donde se está desarrollando la búsqueda del cadáver, incluyendo un bosque de los alrededores de Estambul y la localidad de Yalova. A partir de las filmaciones analizadas por los investigadores, se determinó que dos camionetas negras que salieron de la sede del consulado, lugar del homicidio, se alejaron en dirección a la zona que ahora está siendo rastrillada por los agentes.

Los videos también confirman la presencia, en la sede diplomática, del coronel Maher Abdulaziz Mutreb, un fidelísimo de MbS, que participa de dicho comando. Tampoco se tienen noticias de él desde el 2 de octubre pasado. Fuentes de la prensa turca afirman que otro sospechoso, Meshal Saad M. Albostani, teniente y miembro de la guardia real, habría muerto en un accidente vial de naturaleza “sospechosa”.

En tanto, la familia de Khashoggi, insatisfecha con el accionar de los investigadores turcos, solicita la institución de una comisión de investigación independiente e imparcial, de carácter internacional. El pedido fue planteado por el hijo del periodista, Abdullah Khashoggi, a través de Twitter. Asimismo, en el día de la fecha, el rey Salman y MbS se habrían comunicado con el hijo de periodista para presentar las condolencias de la familia real y de las autoridades sauditas. Según la agencia oficial Sda Salah Jamal, hubo un agradecimiento a la corona por la solidaridad y se expresó “sincera gratitud” por la llamada telefónica.