Riad, Expo 2030: la meta última de la 'visión' de Mohammad bin Salman

de Dario Salvi

La capital saudita, que ha logrado el apoyo del Elíseo, compite con Roma y Busán para acoger la exposición. Un proyecto ambicioso, en consonancia y complemento del plan de reformas económicas y sociales del príncipe heredero. Los objetivos en materia de ecología y medio ambiente, las inversiones multimillonarias, la falta de referencia al hombre y a sus libertades.

Milán (AsiaNews) - Aprovechando el apoyo del Elíseo en perjuicio de Roma, Arabia Saudita lanzó la semana pasada desde París la candidatura de Riad para la Exposición Universal de 2030, en la que deberá vencer la competencia de la capital italiana y de la principal ciudad portuaria surcoreana. La filosofía en la que se basa el proyecto -que tendrá que destacar sobre Busan, su rival con más títulos- pretende ofrecer una experiencia global "sin precedentes" en la historia de la Expo, con una connotación histórica que acompaña la "naturaleza benéfica” del propio acontecimiento. Un concepto que se desprende directamente del lema elegido: "Era de cambio: liderar el mundo hacia un brillante futuro", con un dossier que va de la tecnología a la innovación, de la sostenibilidad a la cooperación global, con espacios dedicados a todos los países participantes y "oportunidades iguales y equitativas".

Dirigiéndose a los 179 miembros del Bureau International des Expositions (BIE), que votarán la adjudicación en noviembre, el Ministro de Asuntos Exteriores saudita, Faisal bin Farhan bin Abdullah, calificó la Expo2030 de Riad de "oportunidad" para promover proyectos de impacto mundial. Y para encontrar soluciones globales mediante la colaboración a retos comunes utilizando "la innovación, la sostenibilidad y la inclusión", añadió. Para el jefe de la diplomacia del reino wahabita, este es el "corazón" de la propuesta de exposición universal diseñada por los sauditas, que también incluye un "paquete de iniciativas" por un valor de 343 millones de dólares para permitir la participación de 100 naciones con menos recursos. Se prevé la asignación de recursos para la construcción de pabellones, mantenimiento, apoyo técnico, viajes y participación en eventos.

Costo y visión

El presupuesto asignado por los dirigentes sauditas, que pretenden acoger la exposición universal para sellar con un acontecimiento mundial el plan de desarrollo interno "Visión 2030" elaborado por el príncipe heredero Mohammad bin Salman (MBS), ronda los 7.800 millones de dólares. El ministro saudita de Inversiones, Jalid bin Abdulaziz Al-Falih, confirmó que la Expo es el punto final del ambicioso proyecto del número dos (y hombre fuerte) del reino, para el cual se necesitarán 3,3 billones de dólares de inversión interna de aquí al final de la década, con el 30% del presupuesto asignado sólo a Riad. Según el plan, la Exposición Universal se celebrará cerca del Aeropuerto Internacional King Salman, que se encuentra actualmente en construcción, y será fácilmente accesible para invitados y visitantes mediante la red de "Riad Metro". Los 226 pabellones previstos están diseñados en forma esférica, representando la Tierra, con una línea central que simboliza el ecuador. Este planteamiento estético y de diseño es coherente con la misión de la exposición de garantizar la "igualdad de oportunidades" para todos los participantes y con un diseño inspirado en el estilo urbano antiguo, la historia, la cultura y la belleza de la capital. La ubicación, concebida como una zona moderna construida en torno al histórico wadi (lecho del arroyo), representa y recuerda los orígenes de Riad, su carácter de "oasis" y "jardín", reviviendo el objetivo de allanar el camino hacia un futuro sostenible de los centros urbanos y sus habitantes.

Los visitantes podrán pasear por un oasis verde contemporáneo dentro de uno de los afluentes del Wadi As-Sulai, que atraviesa el terreno de la exposición. Un mensaje de Riad, una nación que ha fundado sus fortunas y riquezas en el petróleo y los hidrocarburos, con vistas a proteger y preservar la naturaleza, con un enfoque "responsable" en relación a as cuestiones medioambientales y el cambio climático. Buenas intenciones en teoría, como la filosofía antes descrita sobre la igualdad de oportunidades para todos, en una nación gobernada por una monarquía absoluta (sunita), donde se niega uno de los derechos humanos fundamentales, la libertad religiosa, y no se permite ninguna otra forma de culto que no sea el islam. Esta es otra de las razones por las que en el tan proclamado camino de reformas, acontecimientos como la Expo y los proyectos faraónicos (véase la ciudad futurista de Neom) sólo deben valorarse como un cambio real, un punto de inflexión, si realmente pueden garantizar una mayor apertura y libertad para todos.

Volviendo al proyecto de la exposición universal, el corazón palpitante está representado por una estructura que simboliza la "protección del planeta", formada por 195 columnas que indican el número de naciones presentes. Tres pabellones rodearán este elemento central, cada uno de los cuales reflejará uno de los subtemas de la exposición: Prosperidad para todos, Acción por el clima y Un futuro diferente. Por último, la exposición incluirá el Collaborative Change Corner (C3), que fomentará la innovación y la creatividad a lo largo de los siete años que durará el viaje hasta -y más allá de- la Expo 2030 de Riad, mostrando cómo la cooperación entre mentes brillantes puede "acelerar" las transformaciones del futuro. Eslóganes, filosofía y pensamientos encapsulados en un intento de hacer de Riad Expo 2030 la "Exposición Universal más sostenible e influyente de la historia", empezando por la "neutralidad de carbono".

Reformas y libertades

La importancia de la partida sobre la Expo, que tiene a Riad y Busan entre las favoritas para disputarse la victoria final, mientras que la candidatura de Roma parece quedar atrás, se desprende de las palabras y proclamas de los altos funcionarios del Estado y de las personalidades implicadas en el proyecto. El Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Enviado para el Clima, el Príncipe Adel Al Jubeir, confirmó que el acontecimiento "está en consonancia con todos los objetivos de implementación de nuestra Visión 2030". "Queremos que el mundo vea Arabia Saudita y queremos que Arabia Saudita vea el mundo", añadió. “Por eso estamos dedicando una ingente cantidad de recursos".

La filosofía y la fuerza motriz de la Expo, por tanto, giran en torno al plan general de la "Visión 2030", fuertemente impulsado por MBS, y que aparece como la etapa final que alimenta la narrativa de una sociedad vibrante, una economía próspera y una nación ambiciosa. Con esto en mente, la "visión" de la exposición refuerza la ambición de la ciudad de convertirse en un polo mundial. En el centro del proyecto de reforma están los sectores de las finanzas, el entretenimiento (desde inversiones multimillonarias en fútbol hasta el cine, aunque con demasiadas censuras en las películas, especialmente si se centran en temas "delicados" como la homosexualidad o la religión) o el desarrollo sostenible. Mazen Tammar, director general de la candidatura de Riad, subrayó la sinergia entre las ambiciones de la ciudad y el potencial transformador del acontecimiento. "Creemos que existe una sinergia perfecta entre la Exposición Universal y las ambiciones que tenemos para Riad, lo que la convierte en la ciudad ideal para acoger este acontecimiento mundial". La Princesa Haifa Al Mogrin, delegada permanente de Arabia Saudita ante la UNESCO, recordó el compromiso con una perspectiva de "responsabilidad internacional", compartiendo experiencias y creando "una plataforma" que esté al servicio del mundo. Nobles proclamaciones y ambiciosos proyectos, que sin duda puede llevar a cabo la máquina bélica saudita. Sólo falta una palabra, una promesa, una referencia al hombre (y a la mujer), a sus derechos y libertades. Que van de la mano -y desde luego no pueden disociarse- de las oportunidades de desarrollo.

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