Reunión de líderes religiosos en Astana
Del Congreso anual de líderes religiosos en Kazajistán al que asistió el Papa Francisco el año pasado, la invitación a cultivar valores morales sólidos y no artificiales como antídoto al "choque de civilizaciones". Propuesta la creación de un Foro de jóvenes líderes religiosos
Astana (AsiaNews) - El 11º Congreso de los líderes de las religiones tradicionales del mundo, en cuya sesión anterior, en septiembre de 2022, participó también el Papa Francisco, se celebró en Astana y reunió a representantes de 23 países. En el Palacio de la Paz, en el centro de la capital kazaja, se sentaron alrededor de una mesa exponentes del islam, de las diversas confesiones cristianas, del judaísmo, del budismo, del hinduismo, del taoísmo, del sintoísmo y de otras religiones, junto a miembros de diversas organizaciones internacionales, aprobando finalmente una declaración común. Por parte de la Santa Sede estuvo presente el nuevo nuncio apostólico en Kazajistán, monseñor George Panamthundil, recientemente instalado en Astana.
Al comienzo de la asamblea, el presidente del Senado de Kazajistán, Maulen Ašimbaev, leyó el mensaje del presidente Kasym-Žomart Tokaev a los participantes, en el que recordaba la trayectoria ya de 20 años de estos encuentros, que tuvieron su origen en la intuición de su predecesor Nursultan Nazarbaev de superar el recuerdo negativo de las persecuciones ateas del periodo soviético. Según Tokaev, "el Congreso de Líderes Religiosos ha contribuido de forma muy significativa al fortalecimiento de la paz y la armonía interreligiosas, al crecimiento del ideal de tolerancia y apoyo mutuo, ayudando a resolver muchos problemas."
Estos valores se hacen aún más indispensables ante tantos conflictos en los últimos años, "la moralidad, la bondad, el humanismo son cada vez más necesarios", reiteró el presidente, "para formar un nuevo sistema de seguridad internacional, y se necesitan fuerzas globales que intervengan en favor de la paz y la estabilidad". Los líderes religiosos pueden desempeñar un papel muy importante, pues los problemas y conflictos ya no pueden limitarse a dimensiones locales". Ašimbaev subrayó que el formato del Congreso, que prevé un diálogo muy abierto y autorizado, pretende "establecer un clima de respeto mutuo entre todas las partes, a escala mundial".
En las intervenciones, muchos señalaron que el verdadero peligro actual es el llamado "choque de civilizaciones", que también implica a las religiones en los conflictos armados. Por ello, los cimientos de la sociedad contemporánea deben ser unos valores morales y religiosos verdaderamente sólidos y no artificiales, que eduquen en una nueva cultura de la tolerancia, teniendo en cuenta la sensibilidad cada vez más acentuada de las nuevas generaciones. Todo esto estaba ya bien esbozado en la Declaración del VII Congreso de 2018, y retomado con detalle y profundidad en los documentos posteriores, hasta el de este año.
El presidente Tokaev también había subrayado en la 78ª Asamblea de la ONU que "Kazajistán apoya con todas sus fuerzas el diálogo interreligioso e interconfesional, como elementos indispensables para la construcción de la paz", al tiempo que causaban gran preocupación "las acciones de provocadores, que por intereses personales buscan manipular los sentimientos religiosos de la gente". La quema de libros sagrados y los ultrajes a símbolos religiosos son "actos vandálicos que incitan al odio entre pueblos y religiones, y deben ser condenados por todos sin vacilación", porque "no tienen nada en común con la libertad de expresión".
Se esbozaron las perspectivas de desarrollo de las acciones del Congreso para la próxima década 2023-2033, buscando una cooperación más estrecha con instituciones vinculadas a la ONU y otras estructuras internacionales, ampliando el círculo de participantes y la geografía de las actividades del foro. Se pide a los líderes religiosos que aborden los problemas mundiales más acuciantes, la pobreza y la injusticia, las migraciones y los desórdenes sociales y, sobre todo, el cese de las guerras y los conflictos. Se propone crear un instituto de "embajadores de buena voluntad" para el Congreso, y reunir también foros para los líderes religiosos más jóvenes.
Durante la reunión también se celebró una ceremonia de entrega de condecoraciones y medallas conmemorativas del Estado de Kazajistán a los colaboradores de la Secretaría del Congreso. En el comunicado final también se recordó la Iniciativa para la Unidad Mundial de los Pueblos, que Kazajistán propuso como presidente de turno de la Organización para la Cooperación de Shanghai, además de cancelarse y añadirse a los catálogos filatélicos de todo el mundo el sello especial del 20º aniversario del Congreso, del que se emitirán 10.000 ejemplares.
Foto: perfil X Unaoc
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