Reforma de la instrucción: nacionalistas budistas y gobierno ponen en riesgo el acuerdo
Yangon (AsiaNews)- Los líderes estudiantiles en la calle hace semanas para pedir emendaciones en clave "democrática" a la Ley sobre la instrucción y Ong comprometidas en el sector de la educación acusan al gobierno de violar el acuerdo- alcanzado- alcanzado recientemente- sobre el borrador de reforma. Según los activistas y universitarios, el ministerio de la Instrucción habría hecho circular un documento diverso respecto a aquel proyecto del acuerdo, mientras las autoridades continúan lanzando amenazas contra los estudiantes que están en la calle, Para complicar el cuadro de la cuestión sub-entraron también los movimientos nacionalistas budistas, que critican los pedidos de modificaciones propuestas por los líderes estudiantiles porque "dañarían el futuro del país y serían causa de desastrosos efectos colaterales"
El acuerdo en los coloquios a cuatro- gobierno, parlamentarios, líderes estudiantiles y el National Worker for Educationa (Nnr)- fue alcanzado el 14 de febrero después días de tensión y roturas, al finalizar una larga tratativa. Este recoge muchos de los pedidos de los jóvenes, entre las cuales la gestión independiente de institutos y academias en mérito a las políticas educativas y la formación de sindicatos libres de estudiantes y docentes.
Sin embrago, en las últimas horas se desató un nuevo signo de alarma porque el gobierno habría desmentido un nuevo borrador, definiéndolo como "una propuesta", y continuando en trabajar en la vieja Ley de reforma, hostil a los estudiantes. A este se agrega el hecho de que los vértices institucionales- a despecho de las promesas- no han de hecho descartado la hipótesis de promover acciones legales hacia los jóvenes que bajaron a la calle para manifestar.
Los representantes de los estudiantes han lanzado un ultimátum al gobierno, que habría tiempo hasta el próximo 28 de febrero para retirar el primer borrador y reiniciar los trabajos sobre el texto fruto del acuerdo. Ahora el ejecutivo deberá decidir si usar la fuerza para reprimir las protestas o continuar sobre la vía del diálogo y de los negociados, hasta alcanzar una solución pacífica. El riesgo (concreto) es que se repita la represión de 1988 aunque si hoy el gobierno (semi-civil) del presidente Thein Sein no podrá tener escondida la brutal represión, con la rápida difusión de las cámaras y smarphone. Protesta y presiones de la comunidad internacional podrían incentivar entonces al ejecutivo para mantener un tono más dialógico y conciliador.
Volviendo al borrador del acuerdo subscripto en los coloquios a cuatro, este prevé la posibilidad de utilizar la lengua nativa en las zonas habitadas por las minorías étnicas, más de 135 en la unión de Myanmar. Y este es un punto que ha elevado protestas e iras en los movimientos y facciones cercanas al ala extremista budista birmana, que han abierto un nuevo frente de choque. Quien guía la revuelta es el movimiento Ma Ba Tha-protagonista en el pasado de una campaña racista contra los musulmanes Rohingya- que en un comunicado oficial, acusa algunas enmiendas de la reforma, sin especificarlas. Esas serían fuente de "preocupación" por el futuro de la nación.
Al centro de las críticas, en particular el uso de la lengua local en los territorios habitados por las minorías étnicas. Según el actual sistema, de hecho, las escuelas que pueden usar los dialectos locales son los monasterios budistas (Art. 34); en la enmienda (34) está previsto la ampliación a todos los credos la enseñanza en la lengua local. Para la dirigencia budista, ligados al movimiento nacionalista una similar norma daría la vía libre al uso del árabe en las escuelas islámicas y una rápida difusión de la ideología fundamentalista en el país.
En realidad el pedido del uso de la lengua local fue avanzada por organizaciones cristianas cercanas a los grupos étnicos, en particular Kachin, Chin y Karen donde la religión cristiana tiene un nutrido número de fieles. El objetivo es eliminar las discriminaciones y mejorar el aprendizaje de los niños, explica el líder estudiantil, Aung Hmine San a The Irrawaddy, porque "se aprende mejor usando la lengua nativa".
En un tiempo el sistema educativo de Myanamar era considerado entre los mejores de toda Asia. Sin embargo, decenios de dictadura militar y el estrecho control sobre los liceos y las universidades han determinado una involución que aún pesa sobre la calidad y sobre la libertad de la enseñanza. Y la amenaza, lanzada por los estudiantes, de extender a toda la nación las protestas no puede no alarmar a las autoridades birmanas: fueron realmente los estudiantes, en 1988, los que promovieron las primeras protestas pro-democracia, reprimidas luego en la sangre por parte del ejército.