Rangún, el cardenal Bo a la Junta Militar: hay que dialogar con la oposición
El arzobispo dijo estar "apenado" por los bombardeos que sacudieron su pueblo natal en la región de Sagaing. En Rakhine, el ejército firmó una tregua con las milicias étnicas locales, pero en otras regiones del país el conflicto civil continúa de forma indiscriminada. En los últimos días, desde el exilio, el jefe del gobierno en la sombra pidió el suministro de armas antiaéreas, comparando la situación con la guerra en Ucrania.
Rangún (AsiaNews/Agencias) - El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún, hizo un llamamiento pidiendo una solución pacífica al conflicto civil en Myanmar, luego de que los militares atacaran su pueblo natal en la región central de Sagaing.
El cardenal dialogó con Radio Free Asia y dijo estar sumamente "apenado" por los bombardeos que sacudieron la aldea de Mon Hla, en el municipio de Khin-U, el 23 de noviembre, dejando varios civiles muertos, entre ellos un niño de siete años. También murieron seis miembros de las Fuerzas de Defensa del Pueblo, el brazo armado del Gobierno de Unidad Nacional formado por diputados de la Liga Nacional por la Democracia, derrocada tras el golpe de Estado del ejército en febrero de 2021. Las tropas militares arrasaron unos 200 edificios, entre ellos una escuela y una iglesia que se habían construido con donaciones recogidas por el cardenal.
A los cristianos que viven en Mon Hla y en los pueblos cercanos de Chaung Yoe y Chan Thar se los denomina Bayingyi y son de origen portugués: desde principios del siglo XVII habitan a orillas de los ríos Chindwin y Mu.
La ofensiva contra el municipio de Khin-U comenzó a mediados de noviembre: tres columnas militares entraron desde el oeste e incendiaron cientos de casas con el apoyo de ataques aéreos. Tras el bombardeo del 23 de noviembre, los militares continuaron su marcha hacia el sur, ocupando una aldea tras otra. En la aldea de Myin Daung, que fue ocupada durante tres días, se encontraron los restos carbonizados de varios civiles dentro de una tienda, tras el retiro de las tropas. Según los lugareños, los militares los quemaron vivos, ya que los cuerpos fueron encontrados con las manos atadas por la espalda.
Mientras tanto, en el estado occidental de Rakhine, los generales firmaron en las últimas semanas una tregua con la principal milicia étnica de la zona, el Arakan Army. Las milicias étnicas, que se oponen al Estado birmano desde la independencia del país del Imperio Británico, se alían con las Fuerzas de Defensa del Pueblo para luchar contra el ejército.
El alto el fuego se firmó para permitir el envío de ayuda y medicamentos a la población. La mediación corrió a cargo del presidente de Japan's Nippon Foundation, Yohei Sasakawa, un diplomático que tiene contactos con el jefe de la Junta (el general Min Aung Hlaing), y que ya había facilitado el alto el fuego entre el Arakan Army y el ejército en noviembre de 2020, antes de las últimas elecciones.
Según algunas figuras de la resistencia, las tropas de la junta aprovecharán el alto el fuego para reposicionarse en el estado de Chin y en las regiones de Magwe y Sagaing, donde los combates nunca han cesado.
La semana pasada, el jefe del Gobierno de Unidad Nacional en el exilio, el presidente Duwa Lashi La, intervino en la conferencia Reuters Next, donde comparó la situación de Myanmar con la de Ucrania. Dijo que se precisan armas antiaéreas para obligar al ejército a sentarse a la mesa de negociaciones. Hasta ahora, el régimen birmano se ha negado a dialogar con el Gobierno de Unidad Nacional y las Fuerzas de Resistencia Popular, a las que considera organizaciones terroristas.
01/09/2021 15:28
13/10/2022 14:23