Ramadán en Mindanao. Silsilah: Ocasión para reflexionar y colaborar

El movimiento que promueve el diálogo islámico-cristiano envía saludos y buenos deseos a los musulmanes filipinos. El mensaje se “inspiró” en el Documento sobre la “Fraternidad Humana”, del Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar. Activistas: “Solo con Dios como centro de nuestra vida, respetando a los demás, podemos soñar con un futuro mejor”.

Zamboanga (AsiaNews) – Iniciado hace tres días, al caer el sol, el Ramadán representa “una gran oportunidad para reflexionar sobre la misericordia y la compasión de Dios hacia todos y para reafirmar la importancia de trabajar juntos por el bien común”. De esta manera se dirige a la comunidad islámica filipina, en su mensaje de buenos deseos, el movimiento para el diálogo, Silsilah, con ocasión del inicio del mes sagrado de ayuno y oración. Nacido hace 35 años en el sur de las Filipinas, el grupo es una conocida presencia que trabaja por la sensibilización cultural, la formación y la puesta en común, y cuyo objetivo es el encuentro entre cristianos y musulmanes. Su fundador es el Pbro. Sebastiano D’Ambra, sacerdote del Instituto Pontificio de Misiones en el Extranjero (PIME).

El mensaje de saludos, que Silsilah publicó ayer, se inspiró en el Documento sobre la “Fraternidad Humana, por la Paz mundial y la convivencia común” firmado el 4 de febrero pasado en Abu Dabi por Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, el llamamiento lanzado por las dos autoridades religiosas que pide “adoptar la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta, el conocimiento recíproco como método y criterio”. “Conmovidos ante esta declaración”, los activistas de Silsilah comparten algunos de los temas contenidos en el documento.

“Este documento -concluye el grupo- es realmente un mensaje inspirador, que nos ayuda a resaltar la importancia de la cultura del diálogo y de promover la fraternidad humana entre los pueblos de culturas y religiones diversas. Solo si hacemos de Dios el centro de nuestra vida, respetando a los demás, podemos soñar con un futuro mejor, en medio de las divisiones y conflictos. Este mensaje va dirigido a los hermanos y hermanas musulmanes; al mismo tiempo, es un reclamo a todos los demás, cristianos y personas de otros credos, a no dejarse tentar por el dinero y el poder, sino a estar dispuestos a moverse guiados siempre por la cultura del diálogo como camino, para traer la paz a la Fraternidad Humana. Sabemos que hoy en día hay personas que actúan movidas por el desprecio, pero nosotros debemos abocarnos a trabajar con amor, creer que esto es más potente que el odio”.