Rakhine, nuevas pruebas de la ‘macabra’ masacre realizada por los Rohingya
Alrededor de las 8 de la mañana del 25 de agosto, los militantes del ARSA atacaron Ah Nauk Kha Maung Seik. Asesinaron 20 hombres, 10 mujeres y 23 niños, de los cuales 14 tenìan menos de 8 años. Todos los habitantes de la aldea de Ye Bauk Kyar han desaparecido. Se estima que en total las víctimas sean 99. Myanmar denuncia la falta de condena por parte de la comunidad internacional.
Naipyidó (AsiaNews/Agencias) –Surgen nuevas pruebas de una “macabra masacre” de habitantes hindúes por parte de los militantes en el estado de Rakhine. Amnesty International es la primera organización internacional por los derechos humanos en esclarecer lo que define como “violaciones por largo tiempo subestimadas” realizadas por el Arakan Rohingya Salvation Army (ARSA).
Un comunicado de prensa emitido esta mañana revela que en agosto de 2017 los islamistas del ARSA han asesinado hasta unas 99 mujeres, hombres y niños y raptaron a numerosos habitantes de las aldeas hindúes. Los militantes en el pasado negaron toda violencia, invitando al ejército birmano y a los otros grupos étnicos de Rakhine a “no culpabilizar a las víctimas”. Ya desde los primeros días de la última crisis en el Estado birmano occidental, budistas e hindúes denunciaron las atrocidades del grupo armado, testimoniadas por el descubrimiento de algunas fosas comunes.
En los últimos meses, la cuestión Rohingya continuó atrayendo la atención de la comunidad internacional. Solicitada por países islámicos y potencias internacionales, esta ha ejercitado una fuerte presión sobre el gobierno civil de Naypydaw, criticado por no haber censurado lo obrado por el Tatmadaw (el potente ejército birmano. Sin embargo, la condena de las acciones cometidas por el ARSA fue más bien modesta. La falta de una firme oposición contra los militantes islámicos recientemente rechazado al embajador de Myanmar en las Naciones Unidas a acusar a algunos Estados miembros de haber escuchado solo un lado de la historia y no haber reconocido los abusos del grupo.
Tirana Hassan, directora de la unidad de respuesta a las crisis di Amnesty, afirma hoy que “la asunción de responsabilidad por estas atrocidades es tan crucial cuánto lo es por los crímenes contra la humanidad realizados por las fuerzas de seguridad de Myanmar en el norte del Estado de Rakhine”. La organización concentr sus investigaciones en los asesinatos y los secuestros contra la comunidad hindú de las aldeas de Kha Seik y Myo Thu Gyi cerca de la ciudadela de Maungdaw (uno de los epicentros de las violencias). De las investigaciones emerge que alrededor de las 8 de mañana del 25 de agosto, el ARSA atacó la aldea de Ah Nauk Kha Maung Seik, fracción de Kha Maung Seik. “Según un listado detallado de los muertos, las víctimas de Ah Nauk Kha Maung Seik comprenden 20 hombres, 10 mujeres y 23 niños, 14 de los cuales tenían menos de 8 años”, se lee en el comunicado. Las mujeres hindúes y 8 de sus hijos fueron raptados y después liberados, luego que los combatientes rohingya los obligaron a convertirse al islam. Los sobrevivientes fueron obligados a escapar con los militantes a Bangladès algunos días después, antes de ser repatriados en octubre con la ayuda de las autoridades de Daca y Naypyidaw.
También el 25 de agosto, todos los 46 hombres, mujeres y niños hindúes de la vecina aldea de Ye Bauk Kyar desaparecieron. Los representantes de la comunidad presumen hayan sido asesinados por los mismos combatientes islamistas. Se estima que en total sean 99 las personas asesinadas en ambas aldeas. Los cuerpos de 45 habitantes del pueblo de Ah Nauk Kha Maung Seik fueron encontrados en fosas comunes a fines de setiembre. Los restos de las otras víctimas o de los desaparecidos de Ye Bauk Kyar, todavía no han sido encontrados.
Ya desde que estalló la crisis en Rakhine, el Papa Francisco expresó compasión por los sufrimientos de la población de Rakhine. Durante su viaje a Myanmar (27-30 de noviembre de 2017), la Santa Sede también colaboró con una donación en dinero como contribución de la iglesia católica para resolver la crisis. A los birmanos, el Papa Francisco declaró que el futuro del país debe ser “la paz, una paz fundada en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, sobre el respeto de cada grupo y de su identidad”. A través de Caritas Myanmar, la iglesia está además comprometida en proyectos para el desarrollo del territorio, que involucran a 10 pueblos de diversas etnias y religiones.
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