Qamishli, el patriarca siro-ortodoxo Efrem II escapa a un atentado suicida (fotos)
Un kamikaze atacó durante las celebraciones por el Pentecostés ortodoxo y el recuerdo del genocidio de 1915. En el ataque murieron tres personas, responsables de la seguridad de la zona. Por el momento no hay reivindicaciones oficiales del atentado. La condena de las comunidades cristianas en el mundo.
Qamishli (AsiaNews)- El Patriarca siro-ortodoxo Ignatius Efrem II Karim escapó a a un atentado desatado por un kamikaze, que se hizo estallar durante una homenaje en memoria del genocidio otomano contra los cristianos asirios (y armenios) en Turquía a inicios del 900. El ataque sucedió ayer por la mañana cerca de las once, mientras se estaba desarrollando la celebración del Pentecostés ortodoxo, en la iglesia de San Gabriel en el barrio de Al Wusta, en Qamishli, en el nordeste de Siria. El balance es de cuatro muertos entre los cuales hay kurdos y cristianos, y varios heridos.
Según algunas fuentes, difundidas por la Federación de los Arameos (Siríacos), el objetivo del atentado era el patriarca de la Iglesia siríaca Efrem II. En el curso de la celebración, el patriarca de cincuenta y un años, jefe de la comunidad sirio-ortodoxa bendijo un monumento conmemorativo del genocidio, más conocida como la masacre de Sayfo (de la espada).
En la zona estaban presentes miles de fieles, que concurrieron para participar de la doble celebración. En respuesta al atentado, las milicias cristianas arameas de Sootoro se movilizaron rápidamente, rodeando la zona.
Testigos locales afirman que el terrorista se hizo explotar dentro del edificio, muriendo al instante junto a otras tres personas; las víctimas serían tres guardias de las fuerzas de seguridad asirias Sutoro. Son al menos cinco los heridos.
Por el momento, no hay reivindicaciones oficiales del atentado, de probable matriz yihadista; en el pasado, la zona ya había sido atacada por kamikazes fieles al Estado islámico (EI), pero tampoco pueden excluirse otras hipótesis, considerando el fuerte significado político de la celebración -las tensiones sigue estando presentes cuando se enfrenta el tema del genocidio- y la fuerte presencia kurda en una zona disputada con las fuerzas del gobierno.
El de ayer es el cuarto ataque contra la comunidad asiria de Qamishli en los últimos seis meses. El 22 de mayo pasado, un kamikaze del Estado islámico atacó en el mismo distrito, matando al menos cinco personas asirias. El 24 de enero, dos explosiones se sucedieron en el barrio asirio de Qamshli, matando a tres fieles e hiriendo a otros veinte. Además, tres bombas fueron lanzadas contra actividades comerciales de la ciudad el treinta de diciembre, matando a dieciséis personas.
Diversas personalidades de la Iglesia y de la sociedad civil han condenado duramente el atentado de ayer, que quiso atacar a la personalidad más importante de la comunidad siro-ortodoxa. La Federación de los Arameos (Siríacos) subraya en una nota que es tarea de la “comunidad internacional” proteger a los arameos “que se quedaron en su patria”. “No se debe ignorarse -continúa el comunicado- el angustiante llanto y los pedidos de ayuda de una civilización que está en extinción y que es al mismo tiempo, pueblo de Siria”. Centenares de miles de Arameos “ya han dejado sus tierras”, concluye la nota, un pueblo que todavía lucha “por el reconocimiento y por la supervivencia”.
En una declaración oficial enviada a AsiaNews, el Global Council of Indian Christians (GCIC) habla de un “brutal ataque suicida” realizado por “milicianos extremistas islámicos” que querían atacar al jefe de la Iglesia siro-ortodoxa. “El cóctel mortal del terrorismo -prosigue el documento- se está difundiendo velozmente desde Oriente Medio hacia Asia y África, sin encontrar oposiciones”. Todo esto sucede, mientras las Naciones Unidas y otras agencias, nacidas con la finalidad de promover la paz, se la pasan debatiendo acerca de “jueguitos políticos”, en lugar “de combatir al monstruo”.
17/12/2016 13:14
11/04/2016 16:02