Pyongyang condena a cadena perpetua a un misionero cristiano canadiense

El reverendo Lim Hyeon-soo, de 60 años, guía la Light Korean Presbyterian Church de Toronto. Había desaparecido en enero de 2015, apenas ingresó a Corea del Norte. En el transcurso de los últimos decenios había llevado a cabo más de un centenar de visitas al país del régimen de los Kim, todas ellas por motivos humanitarios. Fue acusado de emprender un complot para derrocar al Estado y deberá descontar la pena en un campo de trabajo forzado.

Seúl (AsiaNews) – La Corte Suprema del Pueblo de Corea del Norte condenó a un misionero chino cristiano de ciudadanía canadiense a cadena perpetua por “crímenes contra el Estado”. Lim Hyeon-soo, de 60 años, habría “confesado” un “plan subversivo” para derrocar al gobierno y crear en su lugar un Estado de matriz religiosa. Había “desaparecido” en febrero de 2015, y desde entonces no se supo más de él, hasta la pronunciación de la condena.

Cabeza de la Light Korean Presbyterian Church, con base en las inmediaciones de Toronto, el reverendo Lim deberá descontar la pena de la sentencia con trabajo forzado. Entre las acusaciones que se le imputan, está la de haber organizado el tráfico de seres humanos hacia Corea del Sur, China y Mongolia. Sus fieles sostienen, en cambio, que en el transcurso de los años él “pudo haber ayudado” a los norcoreanos a huir del régimen, pero siempre y tan solo bajo su expreso pedido.

El reverendo Lim llevó a cabo más de 100 viajes a Corea del Norte, y es descripto como "totalmente apolítico". Todas las visitas fueron realizadas por motivos humanitarios, sobre todo en relación a ancianos y huérfanos. Ciudadano canadiense, el hombre nació en la península coreana: sin embargo, su país de adopción no tiene una presencia dilpomática en el país, y siempre ha desaconsejado a sus ciudadanos que visiten Corea del Norte.

En los últimos años, los misioneros cristianos protestantes han estado frecuentamente en el centro de hechos judiciales en Corea del Norte. El misionero australiano John Short, de 75 años, fue detenido el 16 de febrero de 2014 con la acusación de "distribuir material religioso"; el 3 de marzo siguiente fue liberado "por motivos humanitarios". Más complicada es la posición de los ciudadanos estadounidenses: los dos último americanos en manos de Pyongyang – Kenneth Bae y Matthew Miller – fueron liberados después de haber estado en la cárcel durante años, y su libertad fue posible sólo gracias a una intensa actividad dilpomática.