Putin a la Onu después de 10 años, para abatir el aislamiento ruso y encontrar una solución para Siria
Moscú (AsiaNews)- El discurso del presidente Valdimir Putin en la Asamblea general de la Onu el próximo 29 de septiembre en Nueva York tiene todas las posibilidades de convertirse en el principal evento de la política exterior rusa de este año. Así el Moscow Times reasume bien las expectativas sobre la primer intervención en 10 años en el Palacio de Vidrio de Putin, que Rusia en las últimas semanas ha potenciado la presencia militar en apoyo a Damasco y en paralelo pisó el acelerador para una solución política de la crisis, obligando también a los detractores de Bashar al-Assad a iniciar un revisión de sus posiciones. Putin en Nueva York encontrará también al colega estadounidense Barack Obama, después de un año de hielo y también si oficialmente es la crisis ucraniana la que estará en la cima de la agenda, nadie duda que, las dos cancillerías se concentran sobre Siria.
Rusia, presidente de turno del Consejo de seguridad, tiene intención de apuntar todo sobre la propuesta del Kremlin de formar contra el Estado islámico una amplia coalición internacional que comprenda también a Irán y Siria y de buscar un compromiso sobre el status de Assad. Según analistas como Valdislav Inomtsev, del Centro para los estudios estratégicos en Washington, Putin repetirá la importancia se algunos conceptos base de la política exterior rusa: la lucha contra el terrorismo internacional y el extremismo, la necesidad de respetar la soberanía nacional y la condena de las sanciones como arma de presión política y de la aplicación de “dobles estándar” de las relaciones internacionales. El líder del Kremlin unirá todo esto a la crisis de Medio Oriente, tratando de llevar la atención de Ucrania y de las tensiones con el Occidente todavía fuertes por la anexión de Crimea y el apoyo a los separatistas ucranianos.
Según lo dicho por el jefe del Pentágono, Ashton Carter, sobre Siria “es posible” que Moscú y Washington encuentren un terreno de cooperación. Si Rusia trata de buscar una solución política a la crisis siria y no atacar “indiscriminadamente” a los enemigos del presidente Assad, entonces “podremos encontrar espacios de cooperación”, dijo. No muchos están convencidos que la asamblea de la Onu desbloqueará algo sobre este frente.
Según los expertos, la intervención de Putin podría dar el vía a negociados más extensos, pero que no tomarían por fuerza como líneas guías las propuestas rusas. No ayudan a tener confianza en un cambio las voces que circulan sobre los medios internacionales, según las cuales el Kremlin se está preparando para ordenar ataques aéreos contra posiciones del Estado islámico en Siria, si los EUU insistiesen en el rechazar la oferta de unir las fuerzas contra la común amenaza de los yihadistas, para luego discutir sobre una transición política en el país, una vez derrotado el Isis. El vocero de Putin, Dimitri Peskov, redujo las noticias a meras “especulaciones” y según Inozemtsev, también si Moscú fallase en el formar una coalición internacional, en Siria las fuerzas rusas no están listas para iniciar una intervención al estilo Afganistán.
En los días pasados, Rusia amplió su presencia militar en el norte y en el sur de la ciudad siria de Latakia. Según los analistas, el objetivo es preservar el puerto de Tartus, base de su flota en el Mediterráneo, como también el aeropuerto de Latakia, más allá del éxito de la guerra civil, mientras Assad pierde terreno contra los rebeldes islámicos y el Isis. “No pienso que la cuestión en Rusia sea si mantener en pie a Assad o no, sino qué hacer de lo que queda del Estado sirio”, dijo al Washington Post el conocido analista Fyodor Lukyanov, cercano a los ambientes oficiales.
Más allá de la necesidad de preservar intereses militares y equilibrios estratégicos, sino también tener una válida palanca en los negociados con Occidente sobre diversos temas, el activismo ruso en Siria se movería también por exigencias de política interna. Según cuánto explicó el politólogo Dimitri Oreshkin, a menudo crítico del gobierno, “Putin hoy depende de los hombres de las estructuras de seguridad (los así llamados siloviki) y me refiero no a simples generales sino a aquellos pluri-decorados”, explicó. “Estos entienden que hubo una derrota geopolítica: Putin perdió Ucrania, Transnistria y Donbass (Ucrania oriental). A algunos “siloviki” pragmáticos le va bien así, pero los otros pretenden una compensación y Putin no puede permitirse el aparecer débil”, escribió Oreshkin en Novoe Vremia.
“Si pierde también a Siria, más en lo específico si pierde a Assad que Rusia apoya, los “siloviki” la tomarán como una total derrota en relación con los EEUU”. Según dice el analista, los hombres de los aparatos de seguridad “se han fijado bien en sus cabezas el cuadro unidimensional de época soviética, en el cual Usa y Rusia combaten por la conquista de la influencia mundial; todo el resto son sólo estupideces”. “El mismo Putin inició la confrontación abierta con Occidente y ahora no puede perder esta guerra- concluye Oreshkin- al menos debe demostrar el haber hecho todo lo posible para ganarla”.
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