Profesa la fe cristiana: Teherán condena a 10 años de prisión a un armenio-iraní

Anooshavan Avedian, que mañana cumplirá 60 años, se verá privado de sus "derechos sociales" durante diez años más cuando salga de la cárcel. Junto con él, también fueron condenados otros dos creyentes, Abbas Soori, de 45 años, y Maryam Mohammadi, de 46 (ambos conversos del islam). En la cárcel, las confesiones se obtienen mediante "tortura psicológica".

Teherán (AsiaNews) - Un cristiano iraní de origen armenio deberá cumplir 10 años de prisión tras ser condenado por profesar la fe y enseñar a otros correligionarios en su casa. Según el tribunal, era culpable de "propaganda contraria y ofensiva a la sagrada religión islámica". La sentencia contra Anooshavan Avedian, que mañana cumplirá 60 años en prisión, se remonta al mes pasado, pero no se había hecho pública hasta estos días por los activistas de Article18, una web especializada en documentar la represión en el país. También dos miembros de la iglesia doméstica, Abbas Soori, de 45 años, y Maryam Mohammadi, de 46, ambos conversos, fueron condenados con él.

Además de la pena de prisión, el cristiano armenio-iraní de 60 años será "privado de derechos sociales" durante otros 10 años. Un castigo posterior que, entre otras cosas, restringe gravemente las posibilidades de emplearse o buscar trabajo en la República Islámica.

Soori y Mohammadi han evitado la cárcel, pero también estarán privados de sus derechos durante una década y durante otros dos años, al final de sus condenas, no podrán viajar al extranjero, ni unirse a grupos políticos o sociales, ni residir en Teherán o en la provincia adyacente. Este es un duro golpe para Maryam, que dirige un negocio en la capital y tiene una gran clientela local. Además, se le impuso una multa de más de 1.900 euros y la obligación de firmar en las oficinas del Ministerio de Inteligencia (Mois).

El caso de Anooshavan, Maryam y Abbas se remonta a agosto de 2020, cuando se produjo la primera detención, pero se ha mantenido durante mucho tiempo en secreto. Al menos 30 agentes de inteligencia irrumpieron en la casa en Narmak, al noreste de la capital. En el momento del asalto había unos 18 fieles que se dedicaban a rezar y leer las Escrituras. Durante la redada se confiscaron ejemplares de la Biblia, objetos personales, teléfonos móviles y otros equipos informáticos, así como contraseñas de teléfonos inteligentes y redes sociales. Entre su detención y su condena, han pasado algún tiempo en la tristemente célebre prisión de Evin, en las afueras de Teherán, donde fueron sometidos a interrogatorios, torturas psicológicas y abusos.

La condena de Anooshavan Avedian es el último episodio de una larga serie de detenciones y condenas de cristianos iraníes (y de otras personas), en una escalada que expertos y activistas califican de "preocupantes” violaciones a la libertad religiosa. Fuentes locales informan de violaciones flagrantes del derecho a la defensa, con insultos a sus personas y a su fe profesada durante el juicio. La única prueba utilizada para condenarlos fue un informe de inteligencia, que incluía "confesiones" extraídas por la fuerza o mediante engaño durante su encarcelamiento.

En los últimos años, las autoridades han detenido a miles de cristianos pertenecientes a iglesias nacionales, y cientos han sido condenados a prisión acusados de "actuar contra la seguridad nacional". Estos hechos desmienten las afirmaciones de Teherán y de las representaciones diplomáticas de Irán en el mundo de que los cristianos "siguen disfrutando de libertad religiosa, de rendir culto en sus iglesias y de llevar a cabo sus propios programas".