Primeras semana del uzbeko Mirziyaev: tímidas reformas y señales de cambio
Shavkat Mirziyaev fue electo presidente interino tras morir el padre de la patria, Islam Karimov. Conducirá el país hasta las elecciones del próximo mes de diciembre, pero los pronósticos ya dan por cierta su victoria. Su perfil, trazado por una experta de la Jamestown Foundation, ayuda a entender cuál es la dirección que podría tomar Uzbekistán, que debe aprobar reformas que son esperadas desde hace largo tiempo.
Taskent (AsiaNews) – En Uzbekistán están surgiendo diversos interrogantes en torno al background del nuevo líder y acerca de cuáles serán los rasgos que tendrá la era de Shavkat Mirziyaev, luego de que él, siendo primer ministro, pasó a asumir el rol político más alto del país, como jefe de Estado interino, tras la muerte del presidente Islam Karimov [EDM, 8 de septiembre]. Si se toman como base las previsiones, es casi seguro que él ganará las próximas elecciones presidenciales, previstas para diciembre. Pero una vez en el poder, ¿Mirziyaev mantendrá las políticas férreas del difunto Karimov, o aprobará o las reformas tan largamente esperadas? Y finalmente, ¿afrontará algunos problemas crónicos del país, que van desde el suministro inadecuado de los servicios, a la lucha contra la corrupción?
El análisis de las dos primeras semanas de Mirziyaev cubriendo el cargo (8-24 septiembre) de presidente interino puede ayudar a delinear el perfil que ha asumido la dirección de su liderazgo.
Inmediatamente después de que el primer ministro Mirziyaev asumiera como presidente interino de Uzbekistán, la mayor parte de los expertos dieron por supuesto que él habría de seguir la línea ideada por Karimov. En efecto, en su primer discurso público en el nuevo rol, Mirziyaev aseguró que continuaría con las políticas de Karimov [Kun.uz, 9 de septiembre]. Además, Rustam Azimov, el ministro de Finanzas a quien apodan como “el segundo favorito” como candidato para ejercer el liderazgo de Uzbekistán, se refirió al primer ministro como hijo político y heredero del difunto Karimov [BBC—Uzbek Service, 14 de septiembre]. No obstante ello, los pasos que Mirziyaev ha dado para reestructurar y conjugar ministerios, así como las leyes que ha firmado, y los decretos que ha firmado, indican que el nuevo líder podría no concordar plenamente con el legado político de Karimov. Él parece tener su propia visión de gobierno, separada de aquello que ha heredado [Gazeta.uz, 14 de septiembre].
Una divergencia política fue dejada en claro en los primeros días de la presidencia interina, cuando él reorganizó las agencias de gobierno y comenzó a llenarlas de individuos cercanos a él. Mirziyaev puso a salvo a algunos funcionarios muy reconocidos, como el vice premier Rustam Azimov y el jefe del Servicio de Seguridad nacional, Rustam Inoyatov, ya sea porque ellos son miembros válidos para su gobierno, o simplemente porque aún no está en condiciones de iniciar acciones contra ellos. Pero él restableció a dos funcionarios a los cargos que habían ocupado anteriormente: Abdulla Aripov regresó como ministro de Jóvenes, Cultura e Información, luego de haber sido desplazado en el año 2012, y Samoydin Huseynov fue nombrado como nuevo gobernador de la provincia de Bukhara, un rol en que supo desempeñarse durante 15 años antes de ser removido del cargo por Karimov, en el 2011. Originalmente, ambos hombres fueron despedidos por presunta corrupción [Uzreport, 14 de septiembre; Kun.uz, 22 de septiembre]. Aún no queda claro si su reincorporación por parte de Mirziyaev obedece a un intento por restablecer la justicia para dichos individuos, o si el presidente interino sólo está rodeándose de personas que él considera que podrán ser leales.
Otro punto digno de destacar es que Mirziyaev, desde el inicio mismo, se ha concentrado en cuestiones internas –un área política que le resulta muy familiar, puesto que toda su vida profesional bajo la esfera de Karimov la ha transcurrido en este ámbito. En cambio, ha encomendado las relaciones internacionales uzbekas en su totalidad a Abdulaziz Kamilov, ministro de Relaciones Exteriores, que recientemente representó a Uzbekistán en la reunión cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de los Estados Independientes (CIS) del 16 al 17 de septiembre, y en la 71ra sesión de la Asamblea general de las Naciones Unidas, que se inauguró el 13 de septiembre [Uzreport, 17 de septiembre; Kun.uz, 19 de septiembre].
En tanto, Mirziyaev ha sido un experto en el tratamiento de los asuntos domésticos visitando diferentes regiones del país. En particular, firmó varios decretos sobre el desarrollo de la infraestructura nacional (nuevas estaciones de metro y una calle en Taskent), una hoja de ruta para el desarrollo de la región de Taskent (área olvidada de un país) y una redistribución de roles dentro de las empresas públicas [Kun.uz, 20 de septiembre; Uzreport, 20de septiembre; Kun.uz, 23 de septiembre].
De acuerdo con las seis prioridades destacadas por Mirziyaev, su administración se centrará principalmente en cuestiones económicas [Kun.uz, 9 de septiembre]. Estas prioridades son: la estabilidad macroeconómica, incluyendo la estabilización de la moneda nacional; un fuerte sistema bancario; la reducción de los préstamos extranjeros; el aumento de las exportaciones; el apoyo a las pequeñas y medianas empresas; la creación de puestos de trabajo e infraestructura de carreteras y comunicaciones internacionales.
Por lo tanto, en las dos primeras semanas en el cargo, ha firmado un acuerdo especial para renovar el comercio con Kazajistán, tras una serie de reuniones entre el presidente interino de Uzbekistán y una delegación especial de Astaná dirigida por el primer ministro Asqar Mamin [Kun.uz, 23 de septiembre]. Mirziyaev también emitió un decreto para reducir (del 50 al 25%) la necesidad de vender moneda extranjera obtenida por la exportación de productos agrícolas [BBC-Uzbek Service, 20 de septiembre].
Los cambios iniciados por Mirziyaev en septiembre están empezando a ser de interés, debido a que son varios los temas olvidados por Karimov. Pero la pregunta subyacente es si a todo esto va a seguir la aprobación de importantes reformas esperadas. ¿Los nuevos miembros del equipo de Mirziyaev emergen como campeones de la reforma, o simplemente se han escogido por ser leales a él?
Al final de la segunda semana en el cargo, Mirziyaev lanzó "la bienvenida virtual" - es decir, una página en el sitio de Internet del gobierno donde los ciudadanos de Uzbekistán pueden presentar quejas y sugerencias online. Sin lugar a dudas, este es un movimiento audaz y moderno al mismo tiempo - sobre todo si se tiene en cuenta el poco interés que mostró el fallecido Karimov por la verdadera situación interna del país [BBC-uzbeko Servicio, 8, 27 de septiembre]. Debido al estilo de gobierno insular e introspectivo, llegando a los 25 años de su independencia, Uzbekistán se ha convertido en un país donde los altos funcionarios de gobierno y las personas comunes rara vez interactúan entre sí. Ahora, lo que está por verse es si "la bienvenida virtual" de Mirziyaev puede ser un primer paso para reparar y restaurar la comunicación entre el pueblo y sus líderes, para que puedan tratar adecuadamente los problemas principales de Uzbekistán.
Por lo general, cada periodo de transición plantea más preguntas que respuestas, y en un país cerrado desde un punto de vista político - como es Uzbekistán - hay incluso menos respuestas eficaces que ofrecer. Dos semanas es un período demasiado corto para hacer predicciones ciertas acerca del rumbo que tomará Uzbekistán. Pero lo cierto es que dos líderes no pueden gobernar el mismo país de la misma manera. Las políticas de Mirziyaev podrían estar diseñadas a fin de mantener el equilibrio político del fallecido Karimov. Pero algunas de sus primeras acciones indican intentos de reformas económicas, y quizás incluso una nueva dirección para el país. Ahora, la pregunta es si su deseo es llevarlas finalmente hasta el fondo o no.
(Por cortesía de la Jamestown Foundation)
10/08/2021 11:02