Primer ministro asegura que en la Constitución prevalecerá el budismo. Las minorías piden no ser ignoradas
En Sri Lanka, se debaten las últimas modificaciones a la Carta Magna de 1978. Ranil Wikremasinghe quiso aplacar los ánimos de unos setenta monjes budistas que amenazaban con graves consecuencias. Pastor anglicano: “Religión y Estado debieran estar divididos”. Musulmanes de Colombo: “se trata de un libreto político”.
Colombo (AsiaNews) – El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wikremasinghe, aseguró que el budismo seguirá siendo la religión predominante en la Nueva Constitución. Él intervino la semana pasada, para calmar las protestas de alrededor de setenta monjes radicales budistas, que habrían amenazado con graves consecuencias en caso de que la nueva Carta Magna [que deberá sustituir a la de 1978, ndr] no contuviese garantías especiales para su religión. En relación a este tema, que arriesga agudizar aún más la grieta que divide el país, ya lacerado por 30 años de guerra civil, AsiaNews recogió la opinión de varios exponentes de las minorías cristiana y musulmana. Todos afirman el derecho inalienable de profesar el propio credo y sostienen: “También nosotros somos seres humanos”.
Las minorías piden no ser ignoradas, y elevan su reclamo ante las instituciones. Según Samuel J Ponniah, pastor anglicano y vicario de la St. John the Baptist’s Church en Chundikulii, en la península de Jaffna, “todos tienen el derecho de expresar su opinión. Los monjes lo han hecho en un contexto democrático”. Él recuerda que “el gobierno electo en 2015 prometió cambiar la Constitución. ¿Qué pasará ahora, si llegara a romper su promesa? Las personas ya han sido bastante estafadas en el pasado”. “lo ideal –sugiere- sería dividir Estado y religión”.
Cristianos metodistas y de otras denominaciones subrayan que “Sri Lanka es un país multiétnico y multi-religioso. Es cierto que los budistas representan el 70% de la población [sobre un total de 21 millones de habitantes, ndr], pero también es verdad que hay muchos musulmanes [aproximadamente el 9% de los habitantes, ndr], cristianos e hindúes. El país debe ser laico. Sólo así habrá igualdad y unidad”. Según el abogado cristiano Migara Doss, las palabras del premier no hacen sino perpetuar “la dictadura de la mayoría. Debemos comprender nuestra historia y el contexto nacional. El hecho de promover a un solo grupo étnico o religioso siempre ha terminado perjudicando la unidad del país”.
Para Hilmy Ahammod, miembro del Consejo islámico de Colombo, la declaración de Wikremasinghe “es un libreto político. Que el budismo sea la religión dominante es un dato de hecho. Pero los otros grupos religiosos minoritarios deben tener la libertad de profesar su credo según la propia conciencia. Todas las religiones tienen la misma importancia, y deben gozar del mismo respeto, valor y libertad”. Según el comerciante islámico Fizal Raafiq, el premier sólo ha procurado contentar a los monjes radicales, “que ahora están en silencio, pero que a futuro volverán a proferir gritos”. “Nosotros también somos seres humanos –concluyen algunos musulmanes de la capital- y queremos vivir en paz, sin problemas, y no temiendo la violencia de parte de los budistas”.
17/12/2016 13:14