Por miedo a las protestas, Beijing clausura la región del Tíbet
El gobierno central chino anunció que del 25 de febrero al 30 de marzo de 2016 estará prohibido a los extranjeros el ingreso a la Región autónoma. En dicho período, los tibetanos recuerdan la sublevación popular contra el ejército maoísta, la huida del Dalai Lama y las protestas contra las Olimpíadas de Beijing. Las restricciones son válidas incluso para los residentes, que no podrán alejarse más de 10 kilómetros de su lugar de residencia.
Lhasa (AsiaNews) – El Tíbet estará clausurado del 25 de febrero al 30 de marzo de 2016. La Región autónoma entera estará prohibida para los extranjeros, mientras que durante dicho período los residentes soportarán duras restricciones en lo que hace a su desplazamiento. Lo anunció el gobierno central de Beijing, que teme por el citado período: de febrero a marzo, de hecho, los tibetanos recuerdan una serie de sublevaciones populares contra el régimen comunista.
Las autoridades provinciales han solicitado a todos los extranjeros que abandonen la región antes del 25 de febrero. Por otra parte, ha comunicado a los residentes, a través de carteles en vía pública, que “serán castigados” todos aquellos que se desplacen a más de 10 kilómetros de su lugar de residencia. Las agencias de viajes que trabajan con el Tíbet confirman y aceptan reservas sólo a partir de la primera semana de abril.
El primer aniversario sensible se remonta a la invasión maoísta de la provincia. En 1957 estalló una revuelta en el Tíbet oriental, que se extendió a Lhasa en 1959. En el mismo año, el Ejército de liberación popular aplastó la revuelta y obligó al Dalai Lama a huir: el 17 de marzo el líder budista dejó el Palacio del Norbulingka disfrazado de soldado y escapó a la India, donde constituyó el Gobierno tibetano en el exilio.
En 1988 y en 1989, también en el mes de marzo, cientos de personas se sublevaron para recordar los 30 años de la represión maoísta. En el mismo mes pero de 1989, los partícipes de la revuelta fueron reprimidos férreamente por el entonces Secretario local del Partido, Hu Jinato, que luego de convirtió en presidente de la República popular. Entre otras cosas, Hu elogió a través, en primer lugar a través de un telegrama, a Den Xiaoping por la represión de la Plaza Tiananmen, que ocurrió algunos meses después.
La última gran sublevación fue en el año 2008. Por primera vez, desde la represión ocurrida veinte años antes, y en ocasión de las Olimpíadas de Beijing, los monasterios de Lhasa abrieron sus puertas para conmemorar el 49no aniversario de la fracasada revolución contra la ocupación de las tropas de Beijing. Entre 300 y 400 religiosos, que salieron de dos de los más grandes complejos de estudio y oración que rodean la capital tibetana, desfilaron en cortejo pidiendo la liberación de un grupo de religiosos y laicos arrestados, así como el retorno del Dalai Lama a su patria. El gobierno reaccionó nuevamente con la violencia: se desconoce cuál fue el número oficial de víctimas, y los arrestos se contaron de a cientos.
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