Pese al coronavirus, para la ‘noche del destino’, Irán abre las mezquitas a los fieles
Por tres noches, los lugares de culto podrán recibir a los fieles, en un marco de respeto por las normas de seguridad. Se exige usar mascarilla y acatar el distanciamiento social. En la entrada, los voluntarios se ocupan de regular la afluencia y de desinfectar a las personas, que deberán traer de su casa una pequeña alfombra y el Corán. La alegría de poder rezar juntos nuevamente.
Teherán (AsiaNews/Agencias) - Más fuertes que el miedo del coronavirus, pero atentos a acatar las normas de distanciamiento social e higiene personal: cientos de musulmanes iraníes han aprovechado la parcial reapertura de las smezquitas para reunirse y rezar. El gobierno dispuso la reapertura de los lugares de culto por tres noches - del 13 al 15 de mayo, desde la medianoche hasta las dos de la madrugada - para celebrar la fiesta de Laylat al-Qadr, más conocida como la “noche del destino”.
La fiesta cae en los últimos 10 días del Ramadán, el mes sagrado de ayuno y oración, pero las fechas cambian dependiendo de si la tradición es sunita o chiíta. La fecha precisa no puede ser determinada y las devociones se suceden por varias noches. Para los sunitas, este es el momento en el que el arcángel Gabriel le revela el Corán a Mahoma. Para los chiítas, la “noche del destino” evoca el descenso de la ciencia sobre el profeta.
Según la tradición, los musulmanes devotos deben hacer invocaciones, oraciones, rezar pasajes del Corán y pedir perdón por los pecados cometidos, en una suerte de expiación.
A pesar del miedo por la pandemia de Covid-19, los fieles confluyeron en las mezquitas reabiertas por el gobierno para esta fiesta, llevando consigo un ejemplar del Corán y la alfombra para sentarse y rezar. De todos modos, para las autoridades aún rige el alerta máximo, en una nación donde hasta ahora se han registrado más de 112.000 infectados y poco menos de 6.800 víctimas. Aún así, en las últimas semanas, Teherán - que jamás dictó un bloqueo absoluto - ya había dispuesto la apertura de algunas actividades.
En la mezquita de Reihanat al-Hossein, en el oeste de Teherán, se cuentan decenas de familias, algunas con niños pequeños, contentos y de buen humor, por la posibilidad de volver a rezar en un lugar de culto al cual se sienten unidos. En el ingreso, algunos miembros del Bassijid, un movimiento de voluntarios musulmanes ligados a los Pasdaran, regulan el ingreso recordando que se deben respetar las distancias de seguridad. Los que permanecen fuera del edificio para rezar son rociados con desinfectante por operarios enfundados en trajes de protección.
“Estamos todos preocupados por la enfermedad; mi familia también”, afirma Mahmoudi, de 60 años, uno de los cientos de fieles presentes anoche. “Cuando decidí venir - prosigue - estaban inquietos, pero les prometí que se respetarían las directivas sanitarias. Ahora que estoy aquí, veo que todos respetan las reglas de distanciamiento social y la obligación de llevar mascarilla”.
Muchas mezquitas están cerradas desde mediados de marzo, como parte de las medidas de contención de la pandemia de nuevo coronavirus, adoptadas por las autoridades de la República Islámica. Ahora, los lugares de culto vuelven a acoger a los fieles: “Hemos llevado guantes y mascarillas”, afirma Massoumeh, bajo un elegante velo que le cubre la cabeza. “Pienso que si todos nos atenemos a las reglas - agrega - no pasará nada grave”.
Sin lugar a dudas, hay un clima de gran entusiasmo por el hecho de hallarse en la mezquita de Reihanat al-Hossein y poder rezar juntos otra vez. Amir Hossein, un fiel de la capital, exclama: “Estas noches son especiales para la gente, y pienso que el gobierno no hubiera podido anularlas”.
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