Periodistas agredidos en Pakistán: los operadores de los medios piden mayor protección

de Kamran Chaudhry

Pakistán se ubica en el cuarto puesto en la clasificación de países donde corren mayor riesgo los reporteros. Desde 1990 hasta el 2015 fueron asesinados 115, de los cuales 28 fueron muertos el año pasado. Activistas y periodistas organizan un encuentro en apoyo de los operadores de Ary News, cuya sede fue vandalizada hace tres días.

Lahore (AsiaNews) – Diversos periodistas y activistas se reunieron ayer en el Press Club de Lahore para pedir una mayor protección de los trabajadores de los medios que trabajan en zonas de guerra. El reclamo de los periodistas es efectuado a pocos días del ataque llevado a cabo por miembros del partido Muttahida Qaumi Movement (MQM) contra la sede de Ary News en Karachi, situada sobre la costa sudoriental de Pakistán. Los agresores se descargaron contra los periodistas por considerarlos “culpables” de no haber dado una cobertura mediática adecuada a su huelga de hambre, que se prolongaba desde hace una semana. En los enfrentamientos con la policía, que intervino en el lugar, murió una persona y decenas de personas resultaron heridas.

La incursión de los exponentes políticos en las oficinas del canal televisivo se produjo el 22 de agosto. Los asaltantes reaccionaron con violencia luego de una comunicación telefónica de su líder, Altaf Hussain, quien se encuentra auto-exiliado en Londres desde hace 24 años. Él agitó el ánimo de los huelguistas al declarar que “Pakistán es un cáncer para el mundo entero” y condenando las “desapariciones forzadas y los homicidios extra-judiciales” de miembros del partido.

Los violentos vandalizaron la sede del periódico, mantuvieron a sus empleados como rehenes durante varias horas, dispararon proyectiles al aire y arrojaron piedras contra la policía. En respuesta, los comandos pakistaníes irrumpieron en la sede general del partido y arrestaron a los jefes de la agrupación.

Shahbaz Mian, presidente del Press Club, expresó profunda preocupación por el clima de extremismo, en medio del cual los periodistas se ven obligados a trabajar. “Muchos mueren mientras están cubriendo los ataques terroristas –dijo-, otros resultan heridos y quedan con una invalidez de por vida. A los propietarios de los medios no les interesan las familias [de los operadores], sólo están tras los titulares de primera plana”

El presidente denuncia que mientras que “las cámaras de televisión están aseguradas, los camarógrafos no tienen ningún tipo de póliza de seguro de vida. Sólo los entrevistados llevan chalecos anti-balas. Los que son enviados a las áreas en conflicto no reciben ningún tipo de preparación previa. El gobierno no nos protege”.

Según un estudio de la Federación internacional de periodistas, Pakistán se ubica en el cuarto puesto en lo que a países más riesgosos para el mundo periodístico se refiere. Entre 1990 y 2015 fueron asesinados 115 periodistas; de ellos, 28 fueron muertos sólo en el 2015; además, en el mismo año, 23 operadores resultaron heridos cuando se encontraban desempeñando tareas de su profesión.

Mubashar Luqman, conductor de TV, invitó a la comunidad periodística a tener una mayor unidad. Y destacó hasta qué punto la muerte de periodistas termina cayendo en el silencio más absoluto, y esto, a causa de la “competencia que existe entre los canales televisivos. Demos al menos la noticia. Los canales también deben prohibir la transmisión de discursos contra el Estado y las religiones”.

Samson Salamat, presidente cristiano del Rawadari Tehreek Movement (Movimiento para la tolerancia), dice a AsiaNews: “Nosotros estamos al lado de quienes sacrifican su propia vida en nombre de la libertad de expresión”. Abdullah Malik, presidente de las Asociaciones de la sociedad civil, agrega: “Los terroristas toman de blanco a los periodistas para captar la atención. El Estado, por otro lado, muestra una actitud opositora en relación a los medios que muestran a quien incita a la violencia. A aquellos que evidencian la corrupción y el mal gobierno, mientras dan voz a quien habla a favor de las comunidades marginadas”.