Paul Bhatti: preocupa la muerte en la cárcel del líder cristiano, el Estado debe tutelar a los ciudadanos
Islamabad (AsiaNews)- "Cuestiones como estas, en las cuales las personas se hacen justicia por sí mismas", son señales preocupantes; el hombre estaba en la cárcel y era tarea del Estado, garantizar su seguridad, si bien estando bajo proceso". Es cuánto afirma a AsiaNews Paul Bhatti, ex ministro federal para la Armonía nacional y líder de All Pakistan Minorities Alliance (Apma), en relación con el asesinato en la cárcel del Rev. Zafar Bhatti (de 45 años). El cuerpo sin vida fue encontrado ayer por la mañana en la celda, en la prisión de Adyala (Rawalpindi), donde estaba encarcelado mientras estaba en curso el proceso. En las últimas semanas él había confiado varias veces a su familia que temía por su propia vida, y que era objeto de amenazas no sólo por parte de los encarcelados sino también por los guardias carcelarios.
Comentando el enésimo caso de homicidio de un imputado, índice también de una debilidad del actual gobierno, el ex ministro subraya que en Paquistán es urgente "garantizar la estabilidad política, el respeto de la ley y del derecho". Hasta que "no alcancemos este objetivo-advierte- no será posible esperar en la justicia", que debería ser "garantizada a todos", también a los imputados por blasfemia, "prescindiendo del hecho o menos que esta persona sea inocente".
"El hecho que este hombre haya sido asesinado en la prisión- aclara Paul Bhatti- es una demostración que el sistema judicial y la garantía del respeto del derecho en Paquistán son muy débiles". Y agrega que "Paquistán debe cambiar en ese aspecto", porque deben prevalecer el "derecho, la justicia y la libertad de expresión". El ciudadano, aunque esté en un procedimiento penal, comprendido el reato de blasfemia, "debe ser protegido, pero esto no sucedió". Él tenía el derecho de ser defendido por las instituciones". "Con hechos como este-agrega- parece inevitable que las personas estén obligadas a escapar y abandonar el país".
Paul Bhatti recuerda que no sirven campañas de presión sobre el gobierno o iniciativas del exterior para la cancelación de normas como la de la blasfemia, que son usadas para realizar venganzas o resolver cuestiones personales. Él desea más bien que "la gente se comprometa, también las personalidades musulmanas locales, para estudiar las causas de las violencias y encontrar un camino común para resolver las controversias", como sucedió en ocasión de la liberación de Rimsha Masih y de Mansha Masih. "Se necesita estabilidad-concluye el presidente del Apma- para garantizar protección no sólo a los débiles, sino a todo el país y a las personas de buena fe. Cristianos y musulmanes deben unirse, de otro modo no se salvará ninguno".
Con más de 180 millones de habitantes (de los cuales el 97% profesa el islam), Paquistán es la sexta nación más poblada en el mundo y segunda entre los países musulmanes después de Indonesia. El 80% es musulmán suní, mientras que los chiíes son el 20%. Hay también hindúes (1,85 %), cristianos (1,6%) y sikh (0,04%). Los ataques contra las minorías étnicas o religiosas se verifican en todo el territorio nacional, pero en los últimos años se registró una verdadera escalada. Decenas de episodios de violencia, entre los ataques seleccionados contra enteras comunidades (Gojra en el 2009 o a la Joseph Colony de Lahore en marzo del 2013), lugares de culto (Peshawar en septiembre pasado) o abusos contra individuos (Sawan Masih y Asia Bibi Masih o el joven Robert Fanish Masih, también él muerto en la celda), a menudo realizados sobre las leyes de la blasfemia. (DS).
