Patriarca caldeo: superando los conflictos, la Navidad es una ocasión de 'paz y reconciliación'

En su mensaje de Navidad a los fieles, el cardenal pone de relieve el clima cargado de "tensiones y conflictos" étnicos y confesionales. A ello se suma la contaminación, el cambio climático y la pandemia de covid-19. El nacimiento de Cristo renueva la esperanza y el entusiasmo, es un tiempo "especial" para la reconciliación y las relaciones fraternas.

Bagdad (AsiaNews) - En un clima político y social cargado de "tensiones y conflictos" relacionados con las últimas elecciones parlamentarias y problemas como "la contaminación ambiental, el cambio climático y el covid-19", el nacimiento de Cristo es un "mensaje de esperanza, paz, fraternidad, amor y solidaridad”, dice el patriarca caldeo, cardenal Louis Raphael Sako, en su carta de Navidad a los fieles. Esta fiesta - sigue diciendo - es una "ocasión especial" para "alimentar" la fe y "renovar" la esperanza y el entusiasmo; también es un llamado "a la paz y la estabilidad". Un tiempo especial para promover la "reconciliación" y el "fortaler las relaciones fraternas".

El nacimiento de Cristo, explica el purpurado caldeo, significa "la presencia de Dios en medio de nosotros" y "el amor del Señor por las personas de todas las nacionalidades, de todas las culturas y edades", lo que implica "cercanía y preocupación por cada uno de ellos". Significa un "retorno a las fuentes" de la vida, para "afrontar y corregir los aspectos más importantes de nuestra vida" y "promover con mayor madurez y conciencia la fraternidad, la tolerancia, la paz y el amor".

Las palabras del Patriarca Sako acompañan un clima de grave preocupación por el futuro de la nación, a tal punto que el 21 de diciembre la Iglesia caldea convocó a una jornada de ayuno y oración por un Irak en busca de "un nuevo equilibrio" y un futuro. de "crecimiento y estabilidad". Las palabras del cardenal no solo estaban dirigidas a la comunidad cristiana sino a todas las personas que se preocupan por el bien del país árabe, incluyendo a los musulmanes.

La Navidad, señala luego, es el "evento fundacional" del cristianismo, el centro de su teología y su punto de partida. Por eso es importante que Jesús "nazca en nuestro corazón" y "viva a través de nuestra oración, nuestro compromiso con su enseñanza" y "nuestro servicio a los hermanos", especialmente "a los más pobres y frágiles". Cada año, advierte, recordar su nacimiento se convierte en una "celebración de la fe" y "un regreso a las fuentes" para "afrontar y corregir los aspectos más importantes de nuestra vida y promover con mayor madurez y conciencia la fraternidad, la tolerancia, la paz y el amor".

A la Iglesia, explica el patriarca caldeo, se le ha confiado la misión de traducir el mensaje de Cristo a un "lenguaje contemporáneo y comprensible", para acercar a las personas "a sus enseñanzas". La Navidad es "esperanza" cuando la política se convierte en servicio "a las aspiraciones" de los ciudadanos a través de una "visión nacional sincera" y un espacio de "diálogo" ante las crisis que se han acumulado en los últimos años. Los iraquíes tienen la tarea de "rechazar las diferencias, romper los lazos sectarios, consolidar la pertenencia nacional y tratar de construir un estado civil" que este fundado en "la justicia y el derecho". "En esta fiesta - concluye el cardenal - pidamos por la paz y la estabilidad" de Irak y del mundo, y que cada creyente sea portador de los valores "de tolerancia, paz, vida y fraternidad".