Patriarca Rai: el p. Kolvenbach, testimonio de fidelidad de los jesuitas a la Iglesia y al Líbano
El cardenal recordó el vínculo especial entre el ex superior general de los jesuitas y el País de los Cedros. Desde 1958, el Líbano, del cual era un profundo conocedor, ha representado una tierra de estudio y de misión. Él era un punto de referencia para los sacerdotes y seminaristas, estudiantes jóvenes y adultos mayores.
Beirut (AsiaNews) - En la iglesia de Nuestra Señora de Jamhour, los católicos del Líbano y de la Compañía de Jesús celebraron los funerales solemnes, y al mismo tiempo en privado, para conmemorar la muerte del p. Peter-Hans Kolvenbach, superior general de la orden jesuita por largo tiempo (1983-2008). El funeral tuvo lugar el 27 de noviembre, al día siguiente de la muerte del sacerdote, que falleció pocos días antes de su 88 cumpleaños, que se hubiera celebrado ayer, 30 de noviembre.
La ceremonia contó con la presencia del patriarca maronita, el cardenal Bechara Rai, el p. Arturo Sosa Abascal, el nuevo superior general de los jesuitas, el jesuita superior provincial para Oriente Medio y el Magreb, y el Nuncio Apostólico Mons. Gabriele Caccia. En los actos también estuvieron presentes el Vicario Patriarcal Mons. Hanna Alwan, el arzobispo de Beirut, Mons. Boulos Matar, el jefe de los jesuitas en el Líbano y la provincia, y también miembros de la familia del padre Kolvenbach.
Como señala el padre Salim Daccache, rector de la Universidad de San José, y el primero en anunciar la muerte en una nota biográfica muy discreta, el padre Kolvenbach - que gobernó durante 25 años el destino de la Compañía de Jesús - murió en Beirut "su tierra de siempre”. De hecho, el ex superior general de los jesuitas había elegido desde 1958 el Líbano como tierra de misión.
Sin embargo, en 1981 fue llamado a Roma como rector del Pontificio Instituto Oriental; después, dos años más tarde, el hombre de la paz y la armonía fue elegido como jefe de la Compañía de Jesús. Después de su renuncia en 2008, decidió regresar a Beirut definitivamente y convertirse en el Conservador del Fondo armenio en la Biblioteca oriental e investigador del Centro de documentación e investigación árabe cristiana en la Universidad de San José.
Primeros amores
De este modo, el padre Kolvenbach pudo volver al primer amor, porque es precisamente en el Instituto de letras orientales que pudo aprender los fundamentos de la lengua y la literatura armenia, en la cual se especializó. Y fue siempre en Beirut que, una vez terminados sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote 29 de junio de 1961, según el rito armenio. En paralelo, profundizó sus estudios de la filología y la lingüística en Beirut y París.
La guerra marcó para siempre y de forma indeleble su carrera académica. Empeñado en los estudios de doctorado se centró en "modo partícular en la Biblia armenia" al final de los años 70 una bomba cayó en el edificio en el que se encontraba la comunidad de San Gregorio de los jesuitas, en la que residía. La explosión provocada convirtió en polvo el armario del interior, en el cual se almacenaban los archivos de su investigación, desglosados por años.
"El padre. Kolvenbach fue famoso por su simplicidad - subrayó el p. Daccache en su discurso - por su franqueza, por su humor y su carácter ascético. De hecho, vivía en la planta superior de la residencia, en la única habitación en la que no había más que un sólo colchón en el suelo".
Gran amigo del Líbano, su hospitalidad y sus comentarios fueron reservados para aquellos que tuvieron la suerte de poder ser considerado un amigo. Muchos buscaban su compañía y se volvieron a él para pedirle consejo. Se le consideraba, con razón, un conocedor de Líbano y de su vida diaria más de lo que eran los mismos ciudadanos libaneses.
Las palabras del Patriarca Rai
El Patriarca Rai se añadió ayer al grupo de personas que han rendido tributo al p. Kolvenbach "en un espíritu de fidelidad a una persona excepcional, que tenía en su corazón un gran amor por el Líbano, para el Líbano, y para las Iglesias Orientales". "El P. Kolvenbach - dijo el jefe de la Iglesia maronita - ha dado mucho a nuestros sacerdotes y seminaristas, a nuestros jóvenes estudiantes y personas mayores, los jóvenes y los más pequeños, durante los 24 años en el Líbano, como estudiante de teología antes, y luego, como profesor en la Universidad de San José". "De regreso al Líbano - explicó el cardenal - ha apoyado nuestro país a través de la oración e iluminado con su ejemplo de humildad y serenidad, la alegría y la paz, y su duro trabajo como intelectual".
Rindiendo homenaje al p. Kolvenbach "por lo que representa y por lo que hizo", el Patriarca subrayó, en particular, "su fijación al Líbano [que] surge en el modo de seguir, en detalle, los acontecimientos que lo han ensangrentado". "¿Quién de nosotros - añadió – de pasada por Roma, no fue invitado a su preciosa mesa y no podía recordar su preocupación por el Líbano, combinada con su esperanza? Qué valor, y que paz derivaba de estas reuniones tan fraternales".
El p. Kolvenbach encarna "la fidelidad a la Iglesia y al Líbano de los padres jesuitas, desde su primera llegada [al país de los Cedros] hace cuatro siglos", recordó el Patriarca Rai, quien terminó su discurso diciendo que toda la Iglesia Maronita ruega asimismo "por la Compañía de Jesús, y por el éxito del mandato del nuevo superior general".
Al concluir la celebración, se hizo la presentación de condolencias.