Pascua en una misión entre los khasi, la última sociedad matrilineal del mundo
Son las Hermanas de la Caridad de Nazaret, una congregación misionera originaria de Estados Unidos que ahora también opera en el estado nororiental indio de Meghalaya. En el distrito de las montañas Khasi occidentales, que forma parte de la diócesis de Nongstoin, sólo hay tres sacerdotes, que deben realizar celebraciones "itinerantes" de un pueblo a otro.
Shillong (AsiaNews) - Una pequeña comunidad de monjas trabaja para una de las últimas comunidades matrilineales del mundo en las montañas del noreste de la India. Son las Hermanas de la Caridad de Nazaret, una congregación misionera fundada en Estados Unidos y ahora presente en varios países del sur del mundo, entre ellos el estado indio de Meghalaya, donde la mayoría es cristiana pero faltan sacerdotes.
A diferencia del resto de la India, considerada una sociedad fuertemente patriarcal, las tribus khasi, jaintia y garo utilizan el apellido de la madre, dejan la herencia a la hija menor (llamada "ka khadduh") y son los maridos quienes se van a vivir con sus mujeres, y no al revés. La ka khadduh, después de obtener la aprobación de sus tíos y hermanos, se convierte en responsable de los bienes familiares y cabeza de familia.
En particular, los khasi, el grupo tribal más conocido y numeroso, son descritos por los expertos como "una sociedad matrilineal con tintes patriarcales", porque los hombres siguen desempeñando un papel importante en la política y la sociedad. "El hombre es defensor de la mujer, pero la mujer es guardiana de su confianza", escribió David Roy Phanwar a principios del siglo pasado en referencia a los khasi, a los que él mismo pertenecía. La leyenda dice que son descendientes de siete clanes divinos, mientras que los estudiosos conjeturan que descienden de antiguas tribus mon y jemeres procedentes de las selvas birmanas.
Hoy son predominantemente cristianos. "Sólo en Shillong, la capital del estado, te cruzas ocasionalmente con hindúes o musulmanes", contó a AsiaNews la hermana Lilly Luka, de las Hermanas de la Caridad de Nazaret. "Aquí, la comunidad cristiana es muy receptiva y acogedora, y no tenemos que enfrentarnos a la discriminación de las minorías como en otras partes de la India".
Son cuatro las hermanas que viven en el distrito de las montañas Khasi occidentales, parte de la diócesis de Nongstoin, y trabajan principalmente con los clanes Khasi. Se dedican a la enseñanza y, desde hace poco, también a la atención sanitaria; por su parte, la hermana Lilly visita a las familias, asiste a bodas y celebraciones en las aproximadamente 28 aldeas (también llamadas subestaciones) que componen la parroquia.
En comparación con la población, hay tan pocos sacerdotes que pueblos enteros tienen que desplazarse de una parte a otra cuando quieren reunirse para las celebraciones. Para las 22 parroquias que componen la diócesis, hay seis comunidades religiosas y sólo tres sacerdotes, de modo que para los cristianos de Meghalaya, la fe -y también la Pascua- es una experiencia itinerante: "Para los servicios religiosos tienen que pedir ayuda a otros sacerdotes. Cada domingo, la misa se celebra en un pueblo diferente y todos los fieles que viven cerca, más de 2.000 personas, se desplazan de un pueblo a otro".
La celebración del Viernes Santo de hoy estará a cargo de las Hermanas de la Caridad de Nazaret. "La comunidad es generosa y está bien organizada: los catequistas y las líderes femeninas se reparten las lecturas entre ellos y deciden quién pronunciará la homilía. La celebración dominical comienza a las 10 de la mañana, termina a la 1 o las 2 de la tarde, y por la noche sigue la oración familiar. Todo el pueblo se reúne en una casa del clan, se lee la Biblia, alguien hace una breve reflexión y luego toman el té todos juntos. Aquí hay una fe muy fuerte", comentó la misionera del estado sureño de Kerala, en el extremo opuesto del país. "Tardo tres o cuatro días en llegar a casa", exclamó sor Lilly.
Fue ella quien abrió esta nueva misión en marzo de 2018: "Me había puesto a disposición para venir aquí a hacer un viaje exploratorio", explicó a AsiaNews. "Trabajé como encargada y luego como subdirectora de los programas sociales de la diócesis. Al cabo de un año, llegaron las hermanas: una de Tamil Nadu, otra de Maharashtra y otra de Jharkhand". Como vienen de distintas partes de la India, la mayor dificultad que encuentran con la comunidad es el idioma: "Estamos aprendiendo khasi, pero en casa las familias hablan una lengua coloquial muy difícil de entender. Pero para rezar juntos no hay problema, porque las lecturas están en caracteres romanos, que son fáciles de leer". Por regla general, la lengua khasi se transcribe con el alfabeto bengalí-asamés, que consta de 12 signos para las vocales y 52 para las consonantes.
"La gente comparte con nosotros las dificultades cotidianas. Muchos khasi poseen tierras y cultivan principalmente maíz, arroz y patatas, o trabajan de jornaleros. Conseguir comida no es un problema, pero ahorrar dinero es más complicado. Las dificultades surgen en caso de enfermedad o si tienen que pagar las matrículas de los niños".
Por esta razón, una de las hermanas empezó a dirigir un centro de salud, mientras que las escuelas parroquiales son totalmente gratuitas. "Pocos jóvenes pueden permitirse ir a otro sitio y estudiar para ser enfermeros o profesores. La mayoría se queda aquí", continuó la hermana Lilly. Aún hoy, son las mujeres las que se ocupan de la comunidad khasi: "Las hermanas también acogemos a tres chicas de familias pobres y desde que estamos aquí, en cinco años, cuatro jóvenes han decidido unirse a nuestra congregación".
11/02/2014
23/09/2020 10:17