Pascua, card. Sako: la ‘misión’ de los cristianos, ‘luz’ en las tinieblas de Medio Oriente

En su mensaje para la fiesta, el primado caldeo recordó las numerosas "pruebas" pasadas y presentes. La tarea de descubrir la vocación y responder con "confianza, valor y entusiasmo". La resurrección, el acontecimiento "más importante", sin el cual "la fe no tiene sentido". El ejemplo de los apóstoles y la llamada a una Iglesia "herencia viva de los mártires".

Bagdad (AsiaNews) - En Oriente, los cristianos son continuamente "puestos a prueba" entre guerras, violencia, ataques confesionales y una creciente emigración, y por esto mismo, deben recordar cada vez más su "misión". Esto es lo que escribió el primado caldeo, el cardenal Louis Raphael Sako, en su mensaje a los sacerdotes y fieles de la comunidad en Irak y en todo el mundo con ocasión de la Pascua, que se publicó en la página web del Patriarcado. "Nuestra existencia no es una casualidad, sino un plan divino", afirmó el cardenal. De ahí la tarea de "descubrir claramente" esta vocación y "adherirse a ella con confianza, valentía y entusiasmo".

Para los cristianos iraquíes, se trata de una Semana Santa de luces y sombras, en la que existe un fuerte deseo de participar en los servicios a nivel comunitario, frente a las dificultades cotidianas que ponen en peligro su presencia y su futuro en la región. Un intento de renacimiento tras los oscuros años de la invasión estadounidense, las guerras que le siguieron, las emigraciones y la violencia del Estado Islámico, así como el cierre que se impuso en los últimos años debido a la pandemia del Covid-19.

Sin embargo, sigue siendo fuerte la llamada a la misión que deben llevar a cabo los cristianos de Medio Oriente, más fuerte que cualquier persecución: "No tenemos miedo, no importa cuántos somos cuando somos ‘sal' de la tierra, 'levadura' en la masa y 'luz' en las tinieblas, como Cristo nos ha llamado a ser", dijo el card. Sako.

Sin embargo, sólo con la ayuda y el apoyo mutuos será posible superar las pruebas que impone un día a día que sigue siendo crítico, sin olvidar ciertas leyes parlamentarias y gubernamentales que afectan a los cristianos, como las referidas a la venta de alcohol y a la reforma electoral. "Mantengámonos solidarios y apoyémonos unos a otros en medio de estas crisis", exhortó el primado caldeo, "y aliviemos mutuamente nuestro dolor, como Simón de Cirene, que ayudó a Jesús a llevar la cruz, y la Verónica, que le enjugó el rostro con su pañuelo". Y en ese trozo de tela, Jesús imprimió "su imagen" para que también quede impresa "en nuestros corazones".

La resurrección, prosiguió el cardenal, es "el acontecimiento más importante en la vida de los cristianos", sin el cual "la fe no tiene sentido". Recordando las palabras de Cristo a Tomás: "No seas incrédulo, sino creyente", el patriarca exhortó a hacer de esta "experiencia de fe" una "fuente de inspiración". Y como los primeros cristianos que "sacrificaron todo, incluso su vida" por amor a Jesús, así "nuestra Iglesia de Oriente es una herencia viva de mártires, a los que debemos volver constantemente".

La experiencia de la resurrección "tal como fue dada a los apóstoles", así "nos conforta en medio de los tiempos difíciles" en los que viven continuamente los cristianos iraquíes y orientales. “Nos da la capacidad de permanecer firmes y afrontar los ataques con paciencia y confianza", advirtió el cardenal. Y concluyó: "Aprovecho la gloriosa fiesta de la resurrección para hacer llegar a los cristianos iraquíes en particular, y a los cristianos del mundo en general, mis más afectuosas felicitaciones y bendiciones, deseándoles a ellos y a toda la humanidad condiciones más justas, paz, estabilidad, solidaridad y alegría".