Para Ankara, apoyó el golpe: un pastor de los EEUU podría ir a prisión perpetua en Turquía

Andrew Brunson, de 50 años, lleva más de 500 días encerrado en una cárcel del país, sin que haya cargos formales en su contra. Según el Ministerio Público, él tendría lazos con el movimiento de Gülen, presunta “mente” del golpe de Estado. Podría ser condenado a 35 años de prisión. Activistas y ONG en favor de los derechos humanos afirman que “se carece totalmente de pruebas”.

Estambul (AsiaNews/Agencias) – Un pastor estadounidense de 50 años que lleva más de 500 días en las cárceles turcas sin que se haya formulado ningún cargo de acusación en su contra, podría ser condenado a cadena perpetua. Los letrados del hombre y sus sostenedores refieren que el procedimiento es una farsa y que las acusaciones son vergonzosas y carentes de todo fundamento. Por el contrario, para las autoridades de gobierno, él estaría ligado a la red que promovió el (frustrado) golpe de Estado del 2016 y, en virtud de esto, piden 35 años de prisión, que en el país corresponden a cadena perpetua.

Días atrás, el Ministerio Público solicitó cadena perpetua para Andrew Brunson, quien por 23 años fue guía de una iglesia doméstica en la ciudad costera de Izmir. Él es una de las tantas miles de víctimas de la represión lanzada por el gobierno tras el golpe de Estado llevado adelante por un grupo de altos oficiales del ejército turco. Según las autoridades, Brunson sería un “funcionario” de la organización cuya cabeza es Fetullah Gulen, a quien consideran la mente del intento de golpe. En estos meses, el pastor estadounidense ha rechazado reiteradamente las acusaciones de afiliación al grupo, por el cual él habría “robado documentos secretos” con la intención de “derrocar al gobierno”.

Activistas y organizaciones en defensa de los derechos humanos en los Estados Unidos subrayan que se “carece totalmente de pruebas” contra Brunson, quien sería víctima de “acusaciones ridículas usadas como pretexto”. Si bien goza de asistencia legal desde diciembre de 2016, sus conversaciones con los abogados siempre son registradas y su expediente judicial es mantenido bajo secuestro. De esa manera, la defensa no puede acceder a los actos, lo cual limita su accionar.

Las acusaciones contra el hombre se fundan en testimonios de una persona cuya identidad se mantiene en secreto. Brunson habría retenido dinero de la red de Gülen para sostener y financiar la actividad misionera propia. El imputado –que en este año y medio de cárcel ha perdido peso y ha tenido problemas de salud- rechaza rotundamente los rumores y profesa ser un cristiano devoto y un pastor pacífico, que jamás habría podido recibir dinero de un movimiento filo-islámico.

El Ministerio Público turco ha formalizado el pedido de condena de 35 años de prisión, equivalentes a cadena perpetua. Ahora, el tribunal tiene 15 días para ordenar su enjuiciamiento.

Habiendo pasado casi 20 meses del fallido golpe en Turquía, que en la noche del 14 al 15 de julio de 2016 hizo vacilar, por algunas horas, el dominio del presidente Recep Tayyip Erdogan, prosigue la campaña de represión lanzada por las autoridades contra presuntos cómplices o sostenedores. Entre las acusaciones que a menudo se usan como pretexto, están la afiliación a grupos “terroristas” kurdos o la pertenencia al movimiento que encabeza el predicador islámico Fethullah Gülen, actualmente exiliado en Pennsylvania (Estados Unidos). Según Erdogan y la cúpula del gobierno, éste último sería la mente del intento de golpe de Estado en Turquía, en el cual murieron 270 personas y miles resultaron heridos. En total, las personas arrestadas suman más de 50.000, y las que fueron suspendidas o expulsadas de su lugar de trabajo –tanto en el ámbito público como privado- son más de 140.000.