París, disidentes tailandeses en el exilio recuerdan a ocho compañeros desaparecidos en Laos

Luego del golpe de Estado del 2014, el país limítrofe de Tailandia se convirtió en un refugio para los opositores del régimen. Pero desde el 2016, grupos de activistas denuncian la desaparición de ocho personas. Todos estaban afiliados al movimiento tailandés de las “Camisetas rojas”.

París (AsiaNews/Agencias) – Una banda de música folk, un historiador anti-monárquico y un activista transgénero: el pequeño grupo de disidentes tailandeses se reunió ayer en la Plaza de la República, en París, para rendir homenaje a ocho militantes asesinados o desaparecidos en Laos, a donde habían huido tras el golpe de Estado militar del 2014.

Luego del ascenso de la Junta al poder en Tailandia, el país limítrofe se convirtió en un refugio seguro para algunos de los más explícitos opositores al régimen, y algunos de ellos fueron acusados de criticar a la monarquía. Entre estos, se cuentan cuatro miembros de Faiyen, una banda de música folk y último grupo de disidentes en llegar a Europa a través de un pase libre del gobierno francés. Durante la reunión en la plaza, los músicos interpretaron algunas canciones sarcásticas llenas de matices políticos sobre la figura del rey Rama X, que sucedió al padre en el 2016; en otras estrofas, quedaron bajo la mira los generales tailandeses, que tomaron el poder hace cinco años, con la bendición del palacio real, y lo han mantenido incluso luego de las muy cuestionadas elecciones de marzo pasado.

Los Fayen llegaron a Francia provenientes de Laos el 3 de agosto pasado. En el pequeño país del Sudeste asiático vivían con temor a ser raptados o asesinados. Desde diciembre del 2018, seis compañeros de exilio, asociados a opiniones anti-monárquicas, han desaparecido en circunstancias sospechosas. Sus familias presumen que ellos están muertos y acusan a las fuerzas especiales tailandesas. Los cuerpos de dos de ellos, mutilados, fueron encontrados a orillas del río Mekong. Junto con ellos también despareció un veterano activista de extrema derecha, que en la década del ‘70 estuvo en la jungla con el Partido Comunista de Tailandia. Grupos de activistas que defienden los derechos humanos afirman que en el 2016 y en el 2017 se perdieron los rastros de otras dos personas exiliadas en Laos.

Todos estaban asociados al movimiento tailandés de las “Camisetas Rojas”, cuyos militantes son en su mayor parte sostenedores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra. Thaksin fue expulsado del poder con el golpe militar del 2006, que desencadenó una larga y violenta lucha por el poder, entre los sostenedores del multimillonario populista y el establishment monárquico apoyado por el ejército. La tensa y cargada atmósfera política ha llevado a algunos sostenedores de las Camisetas Rojas a cuestionar abiertamente el rol de la monarquía – para muchos ciudadanos, una institución sagrada – en la sociedad y en la política tailandesas. La ley impone penas que van de 3 a 15 años de cárcel para quien profiera insultos contra la monarquía, y los tribunales han demostrado que su interpretación es bastante amplia cuando se tratar de definir qué constituye un insulto.

Si bien no se ha presentado ninguna prueba que dé cuenta de la implicación de la Junta en las desapariciones en Laos -los exiliados no acusan directamente al gobierno-, activistas y grupos pro-derechos humanos afirman que alguien está tratando de aplicar un castigo extrajudicial. Los últimos en desaparecer fueron tres activistas que intentaron huir de Laos a través de Vietnam, en enero pasado, pero según indiscreciones, fueron arrestados y extraditados a Tailandia en secreto. Las autoridades de Hanoi y Bangkok declaran no estar en conocimiento del caso.