Papa: será canonizado Charles de Foucauld, el 'hermano universal'

El anuncio se hizo en el Consistorio público ordinario de hoy para la canonización de los beatos. En la encíclica Fratelli tutti Francisco lo señala como aquel que recoge y actualiza el legado y el sueño de Francisco de Asís.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Será proclamado santo Charles de Foucauld, el apóstol del desierto, el "hermano universal" señalado por el Papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti como aquel que recoge y actualiza el legado y el sueño de Francisco de Asís .

En efecto, hoy el Papa presidió el Consistorio público ordinario donde se decidió la canonización de los beatos: Lázaro, llamado Devasahayam, laico, mártir; César de Bus, sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana; Luigi Maria Palazzolo, sacerdote, fundador del Instituto de las Hermanas de los Pobres - Instituto Palazzolo; Giustino Maria Russolillo, sacerdote, fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones y de la Congregación de las Hermanas de las Divinas Vocaciones; Charles de Foucauld, sacerdote diocesano; Maria Francesca di Gesù (nacida Anna Maria Rubatto), fundadora de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano; Maria Domenica Mantovani, cofundadora y primera superiora general del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia.

Charles de Foucauld nació en Estrasburgo, Francia, el 15 de septiembre de 1858. Huérfano a la edad de 6 años, fue criada junto con su hermana Marie por su abuelo. En la adolescencia se alejó de la fe, pero durante una exploración en Marruecos (1883-1884), el testimonio de la fe de los musulmanes lo llevó a decir: "Dios mío, si existes, permíteme conocerte".

De regreso a Francia, le pidió a un sacerdote que lo instruyera y en octubre de 1886 dijo: "Como creía que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir solo para Él". Una peregrinación a Tierra Santa le reveló su vocación: seguir e imitar a Jesús en la vida de Nazaret. Vivió 7 años en la Trappa, primero en Nuestra Señora de las Nieves, luego en Akbès en Siria. Más tarde vivió solo, en oración, con las Clarisas de Nazaret.

Fue ordenado sacerdote a los 43 años (1901), en la diócesis de Viviers y se retiró al desierto del Sahara argelino, primero en Beni Abbès, luego más al sur en Tamanrasset con los tuaregs de Hoggar. Vivió una vida de oración, meditación y adoración, con el deseo incesante de ser, para cada persona, el "hermano universal", imagen viva del amor de Jesús. En la noche del 1 de diciembre de 1916 fue asesinado por una banda de asaltantes.

“Dios - escribió - no se basa en nada. Es con su muerte que Jesús salvó al mundo; con la nada de los apóstoles fundó la Iglesia; es con la santidad y con la nada de los medios humanos que se conquista el cielo y se difunde la fe”.

Benedicto XVI lo proclamó beato en 2005.

“Charles - escribió Bernard Ardura, presidente del Pontificio Comité de Ciencias Históricas - realizó una inmensa labor científica y cultural, pero siempre desde la perspectiva de la misión. En efecto, Carlos, que no ha fundado ninguna congregación religiosa, estaba convencido de que había necesidad de misioneros "desbrozadores evangélicos", misioneros aislados capaces de acercarse a todas las almas alejadas de la verdad y de la vida católica. Para él, esos misioneros, laicos y sacerdotes, deberían aspirar a la perfección de los cristianos, para poder trabajar al lado de los otros, porque “ellos escuchan menos las palabras y miran los hechos, la vida de los cristianos, su conducta, los ejemplos que ofrecen. La vida de los cristianos virtuosos los acerca al cristianismo»”.

En efecto, hoy son muchos los grupos y las familias religiosas que se inspiran en Charles de Foucauld, a quien el Papa, en la encíclica "Fratelli tutti", propone como modelo. Allí también se refiere al "sueño" del monje de convertirse en "hermano" de todos", que él realizó "Identificándose con los últimos". El mismo Francisco en diciembre de 2016, al final de una misa celebrada en Santa Marta, dijo del futuro santo que era "un hombre que venció muchas resistencias y dio un testimonio que ha hecho bien a la Iglesia". Por eso "le pedimos que nos bendiga desde el cielo y nos ayude". (FP)