Papa: recemos por Benedicto XVI, que está muy enfermo

Al final de la audiencia general, el Pontífice pidió oraciones por el Papa emérito para "que el Señor le consuele y le sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final". En el cuarto centenario de la muerte de San Francisco de Sales, hoy se difundió la carta apostólica "Todo pertenece al amor" sobre la actualidad de la espiritualidad del gran obispo de Ginebra. "Dios hecho niño no nos toma por la fuerza, quiere atraernos con amor y ternura".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El Papa Francisco pidió una "oración especial" por el Papa emérito Benedicto XVI, "que en silencio está sosteniendo a la Iglesia". Al término de la audiencia general de los miércoles, en el Aula Pablo VI, el Pontífice pidió hoy a los fieles una cercanía especial a su predecesor, de 95 años, que vive retirado en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano desde 2013. "Está muy enfermo", dijo Francisco, "pidamos al Señor que le consuele y le sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final".

La invitación fue al cierre de la audiencia que el Pontífice dedicó a San Francisco de Sales, el gran predicador y maestro de espiritualidad del siglo XVII, de cuya muerte se cumple hoy el cuarto centenario. En este aniversario, el Papa explicó que había escrito una carta apostólica titulada Totum amoris est ("Todo pertenece al amor"), que se difunde hoy. Este texto -cuyo título retoma una de las frases más célebres del Tratado del amor de Dios escrito por este santo obispo de Ginebra- recorre su vida y, sobre todo, la actualidad de su pensamiento en una época de transición como la nuestra, en muchos aspectos similar a la que vivió san Francisco de Sales.

Durante la catequesis de hoy, el Papa ofreció un ejemplo de ello retomando algunas de sus páginas sobre la Navidad que subrayan el extraordinario significado del misterio de Dios que se hace niño. San Francisco de Sales escribe a santa Francisca de Chantal lo siguiente: “Me parece ver a Salomón en su gran trono de marfil, dorado y tallado, que no tuvo igual en ningún reino, como dice la Escritura (1 Re 10, 18-20); ver, en fin, a ese rey que no tuvo igual en gloria y magnificencia (cf. 1 Re 10, 23). Pero prefiero cien veces ver al Niño en el pesebre más que a todos los reyes de la tierra en sus tronos".

Al hacerse pequeño, en un pesebre -comentó el Papa Francisco- él nos muestra el "estilo" de Dios, que es cercanía, compasión y ternura. Con este estilo suyo, Dios nos atrae hacia él. No nos toma por la fuerza, no nos impone su verdad y su justicia. Quiere atraernos con amor, con ternura".

En otra carta escrita dos días antes de su muerte, San Francisco de Sales observaba que el Niño Jesús “no rehusaba los pequeños alivios que le daba” su Madre. "No está escrito que haya extendido alguna vez sus manos a los pechos de su Madre, se abandonaba totalmente a su cuidado y previsión. Del mismo modo nosotros no debemos desear ni rehusar nada, sino aceptar igualmente todo lo que la Providencia de Dios permita que nos suceda, el frío y las inclemencias del tiempo". Para Francisco, ésta es una gran enseñanza que hay que captar también hoy en Navidad: "No desear nada y no rechazar nada, aceptar todo lo que Dios nos envía". Pero cuidado: siempre y sólo por amor, porque Dios nos ama y quiere siempre y solamente nuestro bien'.