Papa: que las sanciones en Siria no dificulten la ayuda a las víctimas del terremoto
El pedido durante un encuentro en el Vaticano con algunos jóvenes sacerdotes y monjes de las Iglesias ortodoxas orientales. El relato de monseñor Claudio Gugerotti, que llevó a Alepo la cercanía de Francisco para las víctimas del terremoto: "Tantos ancianos solos y privados de lo necesario. Enormes dificultades de abastecimiento en la provincia de Idlib. Cuando termine la emergencia, reconstruir un futuro para todos".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Que no haya razones o sanciones que impidan la ayuda urgente y necesaria a la población" en la Siria devastada por el terremoto. Esto dijo el Papa Francisco hoy en un discurso dirigido a una delegación de jóvenes sacerdotes y monjes de las Iglesias ortodoxas orientales con la que se reunió esta mañana en el Vaticano. Debido a un fuerte resfriado, el Papa les entregó el texto preparado por escrito, pero aun así quiso encontrarse con ellos. Y sabiendo que algunos religiosos de Siria estaban presentes, aprovechó la ocasión para expresar "una particular cercanía a ese querido pueblo, probado no sólo por la guerra, sino también por el terremoto que, como en Turquía, ha causado tantas víctimas y una terrible devastación. Ante el sufrimiento de tantos inocentes, niños, mujeres, madres, familias, espero que se haga todo lo posible por la gente".
Este sábado y domingo, el prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el arzobispo Claudio Gugerotti, hizo una visita a Alepo en nombre de Francisco, y luego viajó a Turquía, devastada por el terremoto. Sobre la situación en Siria, el dicasterio escribió en una nota sobre el viaje, que se publicó hoy: "A todos pudimos expresarles la cercanía y el afecto del Santo Padre, que todos acogieron con viva emoción. Fue común el testimonio de cuánto sufrimiento indecible se ha vivido en un contexto ya agotado por doce años de guerra".
Entre las situaciones más graves que constató el prefecto en Siria estaba "la condición, muy frecuente y dramática, de los ancianos que se quedaron solos en sus casas porque sus familiares emigraron, y que no tienen una pensión". Pero Mons. Guggerotti profundizó también en la situación de la provincia de Idlib, "que no está bajo control gubernamental y donde permanecen unas 210 familias cristianas, a las cuales asisten no sólo pastoralmente dos frailes de la Custodia de Tierra Santa con cuanto pueden recibir a pesar de las enormes dificultades de abastecimiento".
“Se tiene la impresión -sigue escribiendo el dicasterio para las Iglesias Orientales- de que el terremoto ha debilitado aún más a una población agotada por la guerra y por los efectos de las sanciones, que volvieron irreconocible a esta tierra respecto a su relativa prosperidad anterior. Por este motivo, el prefecto subrayó con fuerza que es necesario, una vez superada la emergencia, preparar un futuro que sea también testimonio y compromiso de los cristianos a favor de toda la población siria".
Y precisamente el del testimonio común fue el horizonte que indicó también el Papa Francisco a los jóvenes sacerdotes y monjes de las Iglesias ortodoxas orientales. "Debemos creer -les escribió- que cuanto más caminemos juntos, más nos acompañará misteriosamente Cristo, porque la unidad es una peregrinación común".
"Debemos desear la unidad con la oración, con todo nuestro corazón y nuestras fuerzas, con insistencia, sin cansarnos” concluyó. “Porque si se apaga el deseo de unidad, no basta con caminar y dialogar: todo se convierte en algo obligatorio y formal. Si en cambio el deseo impulsa a abrir las puertas a Cristo junto al hermano, todo cambia".
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